Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará

 





     En algunas ocasiones la Santísima Virgen ha manifestado con lágrimas su dolor causado por la decadencia del mundo contemporáneo.

     Decadencia originada por los pecados individuales y sus efectos sobre todas las esferas del acontecer humano: desde la sociedad temporal hasta el interior de la sociedad espiritual, esto es, de la Santa Iglesia.

     Las manifestaciones de dolor ante los pecados de los hombres se han visto reflejadas en algunas apariciones de la Madre de Dios.

     En 1846, en La Salette, Francia, por ejemplo, Melania, la pequeña vidente, quiso consolar a María Santísima, quien lloraba copiosamente. 

     ¡Cualquiera de nosotros, ¿no querría hacer lo mismo, incluso, llorar junto a la Reina del Cielo acompañándola en su dolor? 






     Melania escribió: “Quise lanzarme en sus brazos y decirle: ‘¡Mi madre querida, no llores! Quiero amarte por todos los hombres de la Tierra”.

     De hecho, una situación similar sería propensa a causar compasión en cualquier corazón verdaderamente católico. 

     La Virgen cubría su rostro con las manos y las lágrimas caían por su vestido. 

     Nuestra Señora lloraba y se lamentaba en esa ocasión, entre otras cosas, por los pecados causados por la inobservancia del descanso dominical, por las blasfemias y por la degradación moral del clero. Esto último, encerraba una gravedad mucho mayor.


Acontecimientos que dejaron rastros de destrucción


Santa Catalina Labouré y Nuestra Señora de las Gracias



     En 1830, 16 años antes de las apariciones de La Salette, la Madre de Dios se había manifestado a Santa Catalina Labouré, pronunciando las siguientes palabras: 

     “Estos tiempos son muy malos. Las calamidades se precipitarán sobre Francia. El trono será derribado. El mundo entero será trastornado por males de todo orden”. 

     La vidente pudo notar en la Virgen un rostro muy entristecido. Ella no lloró, pero talvez sus lágrimas permanecieron dolorosamente reprimidas en su tierno corazón de Madre, para no alarmar demasiado a Santa Catalina de las crisis políticas y sociales que se desencadenarían luego de que Carlos X, Rey de Francia, sea depuesto en ese mismo año, 1830.

     De cualquier forma, son lamentaciones causadas por las graves consecuencias de los pecados cometidos contra instituciones milenarias de la Cristiandad, y las revelaciones a Santa Catalina anunciaban, con décadas de anticipación, la revolución de la Comuna de París (1871) y, un poco después, la explosión del comunismo en Rusia (1917). Tristes acontecimientos que han dejado hasta hoy su rastro de destrucción en la civilización cristiana. 


Los pecados colectivos ultrajan el Corazón Inmaculado de María

     En 1895, en Ecuador, la revolución liberal traería consigo una cruenta persecución contra la Iglesia Católica, acompañada de un ateísmo militante que no tardó en lanzar un feroz ataque contra templos sagrados, y el apresamiento cuando no el martirio, de religiosos, como el del Beato Padre Emilio Moscoso, Rector del colegio “San Felipe Neri” de Riobamba, asesinado por la espalda el 4 de mayo de 1897. En dicha ocasión, los liberales profanaron de manera monstruosa las formas consagradas, burlándose de ellas y pisoteándolas; profanaron también el Sagrario de la capilla, disparando contra él y rompiéndolo a culatazos, acribillaron todas las imágenes de santos y simularon una ejecución de la imagen de la Santísima Virgen, para finalmente saquear el colegio.

     Poco después, ya en el siglo XX, en1904, los liberales expidieron una “ley de cultos”, que prohibió la fundación de órdenes y congregaciones católicas, suprimió los noviciados de las órdenes contemplativas y buscó la disolución de los institutos de clausura; convirtió a los religiosos en “interdictos” para administrar sus bienes. Incluso se llegó a expedir una ley mediante la cual se pretendía derogar los decretos de Consagración de la República a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que afortunadamente no fue aprobada debido a las voces de protesta de la población.

     Pero lo más grave se dio el 4 de octubre de 1902, cuando se expidió la ley del matrimonio civil, con la que se desconocía todo el valor legal del matrimonio religioso-sacramental, estableciendo además el divorcio. La institución milenaria del matrimonio había sido socavada, y le aguardaba un tormentoso Calvario. Con la implantación del divorcio, quedarían abiertas las puertas para la corrupción total de las costumbres y el aniquilamiento de la familia, causando nuevos e indecibles dolores al Corazón Inmaculado de María.


Comedor del Colegio San Gabriel de Quito.
El establecimiento religioso fue fundado en 1862,
durante el Gobierno de Don Gabriel García Moreno



     Ella, así lo manifestó en la noche del viernes santo 20 de abril de 1906, cuando en el Colegio San Gabriel de Quito, una hermosa oleografía de la Santísima Virgen de los Dolores, y que pendía de una de las paredes del comedor, abría y cerraba sus párpados, mientras mostraba expresiones faciales semejantes a los de una persona viva.

     Si bien, la imagen del cuadro no lloró, resultó inmensamente simbólico el hecho de que el parpadeo milagroso se diese en una imagen que representaba los siete dolores de la Madre del Redentor. No es para nada desacertado creer que la Virgen expresaba su inmensa tristeza por la aprobación de ese pecado colectivo, el divorcio. Es más, y como para que no quedaran dudas, el prodigio se repitió en junio y julio del mismo año en otras cinco ocasiones.



Foto del Cuadro original de la Virgen Dolorosa del Colegio San Gabriel de Quito



Lágrimas maternales y un urgente aviso

     Cuando una madre derrama lágrimas frente a sus hijos es por una razón seria. Por tanto, se podría afirmar que cuando una imagen de la Santísima Virgen derrama sus lágrimas, es porque Ella tiene un mensaje urgente para toda la humanidad.

     En 1973, en la ciudad de Akita, Japón, la Hermana Agnes (Inés) Katsuko Sasagawa, de las Siervas de la Sagrada Eucaristía, sintió como que una imagen de María Santísima, que tienen en la capilla del convento de dicha congregación, cobrara vida, y le habló por el fenómeno místico de locución interior. Cabe resaltar que Sor Agnes padecía de sordera, que frecuentemente se agudizaba. La estatua milagrosa, de una sola pieza, fue tallada a fines de la década de los 60 por el artista japonés Saburo Wakasa, tomando como modelo una estampa de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, de Ámsterdam, pero dándole rasgos faciales japoneses. La imagen representa a la Virgen María con los brazos abiertos, extendidos hacia abajo —como en la Medalla Milagrosa—, de pie sobre el globo terráqueo y con la espalda arrimada a una gran cruz. El conjunto, que mide unos 90 centímetros de altura, fue tallado en madera dura de árbol de Judea, sin ningún tipo de uniones o ensambles.


Sor Agnes Sasagawa y la Imagen de la Virgen de Akita



     El 13 de octubre de 1973, la Hermana Agnes recibió un mensaje de extrema gravedad para el mundo. En dicho mensaje, Nuestra Señora dijo:

     "Lloro porque la humanidad no acepta mi invitación maternal a la conversión. Los signos de mi inmenso dolor ... no se creen. El hombre se está volviendo cada vez más corrompido, impío, perverso y cruel. Un castigo peor que el diluvio está a punto de caer sobre esta pobre y pervertida humanidad. El fuego descenderá del cielo. Si la gente no se arrepiente, esto sucederá. La acción del demonio infiltrará hasta la iglesia. Iglesias y altares serán destruidos. El demonio se concentrará especialmente en las almas dedicadas a Dios. Esta será la señal de que Dios en Su justicia ha fijado, a partir de ahora, la hora de Su gran manifestación. Lloro porque la iglesia sigue el camino de la división, de la pérdida de la verdadera fe. Lloro porque, en gran número, las almas de mis hijos se pierden y van al infierno...".



Imagen de Nuestra Señora de Akita



     Un mes antes de estas alocuciones, en julio, una herida sangrante apareció en la mano derecha de la imagen de Nuestra Señora, en la capilla. En septiembre, la imagen comenzó a sudar de la cara a los pies. Los ojos, anegados en lágrimas, corrían por su rostro, mientras un olor a fragancia dulce llenaba la capilla. Esto ocurrió muchas veces en la presencia de otras personas, incluyendo al obispo del lugar, John Ito. La imagen lloró durante seis años consecutivos, en un total de 101 ocasiones.


Nuestra Señora llora y su imagen es condenada a la desaparición.

     El 13 de mayo de 1982, en la Basílica de San Juan de Dios de Granada, España, la imagen de Nuestra Señora de las Lágrimas, un busto de medio cuerpo del siglo 18, vertió lágrimas de sangre.

     Más de 70.000 fieles acudieron a venerarla, y muchas de ellos, provenientes de Granada y de toda Andalucía relacionaron las lágrimas de la Virgen con el mensaje de Fátima y con la situación de España y del mundo, particularmente en relación al peligro comunista y a la inmoralidad. Ciertamente tenían razón...

     En octubre de ese año, el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, subía al poder, y poco después, algunos de sus líderes destacaban reiteradamente la gran revolución cultural que impulsaban en la nación ibérica. El entonces vicepresidente de Gobierno, Alfonso Guerra se jactó entonces, chabacanamente, de que el PSOE realizaría transformaciones tan grandes que "a España no la va a reconocer ni la madre que la parió". No menos enfático fue el socialista andaluz José Rodríguez de la Borbolla cuando anunció: "Estamos cambiando al país y le vamos a dar la vuelta como a un calcetín" 

     Dejando de lado las metáforas, Guerra explicó luego de unos años el alcance de la revolución emprendida por el PSOE: "Hemos hecho una revolución silenciosa en las costumbres (...) El pueblo español es el más tolerante en las costumbres, el más progresista en las costumbres, el que se declara más de izquierdas (...) Hemos hecho una revolución absolutamente tremenda. No nos hemos dado cuenta, casi, que es mejor todavía. Hay una revolución cultural en este país verdaderamente asombrosa. Que queda mucho por hacer, sin la menor duda. Pero hay apetencia (...) Y esas revoluciones, que son mucho más calladas que las revoluciones políticas, se están dando en España".


     Para la revolución emprendida en ese país y que luego se esparció por toda Europa, las expropiaciones, el colectivismo y la violencia, quedarían en segundo plano. Era necesario minar los cimientos de la familia, y la libertad religiosa.

     Para eso impulsaron leyes a favor de las uniones homosexuales, del divorcio exprés, del aborto, de la Educación para la ciudadanía, de la memoria histórica, de retirar los símbolos religiosos en el ámbito educativo sin importar la titularidad pública o privada de los centros, para lograr, en definitiva, una ruptura silenciosa pero radical con la tradición cristiana, y lograr ante todo, por medio de tácticas nuevas y sin llamar la atención de la opinión pública, cambiar las mentalidades y crear un nuevo tipo humano. 

     Diríamos que esa revolución logró sus propósitos, y previendo sus efectos tan funestos, la imagen de la Virgen de los Dolores de Granada, vertió lágrimas, y de sangre.



Nuestra Señora de las Lágrimas de Granada



     De modo inexplicable, las autoridades eclesiásticas levantaron un muro de silencio ante el increíble suceso y decidieron poco después, destituir al párroco y sorprendentemente, retirar la imagen de la Basílica. Nunca más se supo de ella.


Tres razones por los que llora la Santísima Virgen

     En Fátima, en sus apariciones a los tres pastorcitos, Nuestra Señora dio a notar su aprehensión por los “errores de Rusia” que se esparcirían por todo el mundo, así como por los sufrimientos que abatirían a las naciones y al Santo Padre.

     Nuestra Señora no lloró visiblemente en Portugal en 1917, pero sí lo hizo en julio de 1972, en la famosa lacrimación de la Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima, en Nueva Orleans, Estados Unidos.


Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima
que lloró en Nueva Orleans, en julio de 1972



     ¿Por qué razón demostró Ella en dicha ocasión tanta tristeza? Ciertamente por los mismos motivos por los que lloró en distintos lugares y fechas aquí descritos hace poco, esto es, por los pecados individuales, por los pecados colectivos y por la profunda crisis en la Santa Iglesia.

     Con un añadido: ¡esos pecados son constantes! No han otorgado ni siquiera el mínimo descanso al corazón adolorido de la Madre de Dios.


Para el "católico" actual la Iglesia ya no es su Madre ni su Maestra

     En los Estados Unidos, en una encuesta hecha en 2019, alrededor de seis de cada diez católicos (61%) dijeron estar a favor de permitir que homosexuales y lesbianas se casen. La unión entre personas del mismo sexo se volvió legal en los Estados Unidos luego de un fallo de la Corte Suprema en 2015.

     En Europa occidental, una gran mayoría de católicos dijeron en 2017 que apoyaban la unión legal entre personas del mismo sexo. Ese fue el caso de los Países Bajos (92%), el Reino Unido (78%), Francia (74%) y Alemania (70%). Dicha unión es legal en la mayoría de los países de Europa occidental encuestados. En Suiza e Italia, el 76% y el 57% de los católicos, respectivamente, dijeron en 2017, que apoyan la unión homosexual.

     En cuanto a las opiniones de los católicos sobre la homosexualidad en general, en una encuesta global realizada en 2019, católicos de los cinco continentes dijeron que la sociedad debería aceptar la homosexualidad. En Canadá, casi nueve de cada diez católicos (87%) adoptaron esta opinión, en Argentina (80%), Estados Unidos (76%), México (72%) y Brasil (71%). ), España (91%), Australia (81%), Filipinas (80%) y Sudáfrica (62%).

     Nótese los altos porcentajes de católicos favorables a la homosexualidad, pese a que la Iglesia Católica enseña que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados".

     Ante tantas ofensas contra Dios y su Santísima Madre, los católicos fieles deben actuar como lo hizo Melania, en la Salette, en 1846. Si amáramos a Nuestra Señora tendríamos el deseo único de intentar consolarla como lo hizo la pequeña vidente ante el llanto desconsolado de la Virgen. Y el mejor consuelo que podríamos dar a la Madre Celestial consistiría en evitar, en primer lugar, todo pecado individual.

     Si así lo hiciéramos, los pecados de las naciones, y los que son cometidos dentro de la Iglesia, se volverían de algún modo, menos frecuentes y menos ofensivos a Dios y a su Purísima Madre
.







Fuentes:
Agencia Boa Imprensa
Revista Tesoros de la Fe
Francisco Casavi
Life Site News
Plinio Correa de Oliveira.info

2 Comentarios:

  1. Gracias! Interesantísima información!

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  2. Muy interesante yo no sabía ciertas cosas que dolor tan inmenso para nuestra madre tener que ver tanta maldades de la humanidad

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