Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará

 





     La Santísima Virgen se apareció muchas veces en lugares y épocas diferentes. Obró milagros, instó a la reforma de las costumbres, advirtió contra peligros diversos, sembrando siempre su amor maternal hasta en la hora de los más graves avisos.


VIDEO:

UNA VISITA A LA SALETTE


     María Santísima actúa como una madre que, cuando sus hijos no andan más por el camino del bien, multiplica avisos y señales de amor con una insistencia conmovedora. Y un hijo que escucha a su madre comprende que lo que Ella le dice hoy se suma a lo que le dijo ayer y antes de ayer.

     En 1846, la Santísima Virgen apareció en La Salette, Francia. Allí habló más minuciosamente, como una madre que ve al hijo prestando poca atención al mal que se abate sobre él y quiere hacerle recuperar el juicio. Son palabras de una madre cariñosa, pero tan impresionantes que Ella misma pidió que sólo fueran reveladas doce años después. Exactamente en 1858. ¿Por qué en 1858? En ese momento nadie lo sabía. Ella lo sabía.


En el santuario de La Salette, un monumento refleja el momento en el que
la Bella Señora habla a Mélanie y Maximin

    No obstante, la humanidad siguió por el camino que siguió. No hizo penitencia.

     La Madre de Dios y nuestra habló habló ampliamente, comunicando fuerzas e instrumentos sobrenaturales para que el hijo descarriado se corrija, haga penitencia y aparte la justa punición de Dios, repitiendo la misma verdad: Dios está airado con los pecados del mundo. Si la humanidad no se corrige, vendrán grandes castigos.

Los dos pastorcitos de La Salette


Mélanie (Melania) y Maximin (Maximino), los videntes de La Salette



     En la mañana del 19 de setiembre de 1846, la pastorcita Melania Calvat, de 14 años de edad, conducía las vacas de su patrón a pastar en las colinas de La Salette, en la región de Grenoble, en los contrafuertes de los Alpes franceses. Un niño de 11 años, a quien no conocía, insistió en acompañarla.

     Era Maximino Giraud, así como ella, pastorcito al servicio de un vecino. Melania aceptó. Ninguno de los dos podía imaginar el evento sobrenatural del que serían testigos en aquel día providencial. Melania gustaba de la soledad, del silencio y de la oración.

     Maximino era ingenuo y locuaz. Pronto comenzó a pedir a Melania que le enseñara un juego. Ella le propuso su entretenimiento preferido: hacer un “paraíso”, es decir, una casita de piedras cubierta con manojos de flores silvestres.

     Después de mucho esfuerzo en aquella construcción, ambos tuvieron hambre y sueño. Comieron un refrigerio frugal, se recostaron sobre el pasto y durmieron.

Aparición de la Virgen llorando



    Cuando despertaron, tuvieron una sorpresa: una luz más brillante que el sol posaba sobre el paraíso que habían construido. Maximino empuñó su cayado y le garantizó a Melania que, si la luz fuese mala, él la defendería.

     Se aproximaron del foco luminoso. En el centro de éste había otra luz aún más brillante, que se movía. Era una Señora coronada de flores, cuya celestial expresión Melania describió con palabras inspiradas. Sentada sobre el paraíso, la Señora lloraba con el rostro entre las manos. Era la Santísima Virgen, hoy conocida bajo la advocación de Nuestra Señora de La Salette. Mirando hacia los niños, se levantó y dijo: “Vengan, hijos míos, no tengan miedo, estoy aquí para entregarles una gran comunicación”.

Vinculación profunda entre La Salette, Lourdes y Fátima

     Les comunicó entonces un mensaje para ser divulgado y un secreto para ser revelado en 1858, año en que Nuestra Señora aparecería en Lourdes, inaugurando una era de gracias que dura hasta la actualidad.

     De hecho, estas dos manifestaciones de la Madre de Dios constituyen una sola. En La Salette, la Virgen anunció el futuro del mundo hasta el fin de los tiempos y los castigos universales que penden sobre la humanidad impenitente.

     En Lourdes, dio inicio a un diluvio de gracias para erguir a esa misma humanidad y darle fuerzas y estímulos para apartarse del mal y de la Revolución. El nexo profundo entre Lourdes y La Salette incluye a Fátima que, absolutamente hablando, es la coronación de estas irrupciones extraordinarias de la Reina del Cielo en la historia humana. En ese sentido, el 13 de mayo último en Aparecida, el Papa Benedicto XVI afirmó que Fátima “es sin duda, la más profética de las apariciones modernas”.

Gran interés y conmoción en el clero y en el pueblo

Miles de peregrinos visitan cada año el Santuario de La Salette

     Melania y Maximino corrieron de vuelta a las casas de sus patrones y contaron después todo lo sucedido al párroco. Éste, oyéndolos, se conmovió hasta las lágrimas e hizo un sermón durante la Misa, que impresionó vivamente a la feligresía. El obispo local, Mons. Philibert de Bruillard, de Grenoble, leyendo un sencillo relato de los hechos, cayó en lágrimas.

     La noticia se esparció como reguero de pólvora. Y no debe sorprendernos, pues Francia estaba entonces dividida religiosa y políticamente. De un lado estaban los católicos llamados liberales y “sociales”, precursores del progresismo que hoy devasta la Iglesia, conjurados con los continuadores del igualitarismo libertino y anticatólico de la Revolución Francesa; esos católicos liberales se sintieron alcanzados y denunciados por el mensaje en lo que tenían de más interno. De otro lado, los católicos auténticos, defensores de todas las formas de legitimidad, al leer el mensaje de La Salette, tuvieron una confirmación de todo lo que la fe y la fidelidad a la Iglesia les inspiraba. Los sucesivos gobiernos de la época —monarquía ilegítima de Luis Felipe, segunda y tercera Repúblicas, así como el imperio de Napoleón III— eran considerados con horror por los mejores representantes del catolicismo francés. Tales gobiernos no ocultaron su odio contra La Salette. Sobre todo, Napoleón III, cuyo falso juego quedaba desvendado en La Salette.
     Así, el mensaje de la Santísima Virgen incidió en la carne viva de los problemas religiosos, políticos y ideológicos de Francia. Con pequeñas variaciones, esos problemas eran los mismos en todo el mundo católico occidental de aquella época. Enemigos velados de La Salette, aventureros, falsos místicos, políticos interesados pusieron en circulación versiones distorsionadas del mensaje y hasta adulteradas, para justificar posiciones políticas previamente adoptadas o simplemente para desmoralizar las palabras de Nuestra Señora.

     Independiente de aquella polémica, las peregrinaciones no dejaron de crecer y se constataron los primeros milagros en el lugar.

Luz sobre el misterio de La Salette: descubren en un archivo del Vaticano el texto original de los secretos 


El Santuario de Nuestra Señora de La Salette se encuentra en los Alpes franceses,
al sur de Grenoble, en el departamento de Isère

      
Han transcurrido muchos años desde ese famoso 19 de septiembre de 1846, en el que la Bella Señora se apareció a los dos videntes. Y aún hoy La Salette -con sus procesiones, sus funciones religiosas- es meta de peregrinos que llegan a ese lugar procedentes de todo el mundo. No solo. En Italia y en otros países el eco de esos hechos extraordinarios fue acogido y transformado por la devoción popular en lugares de culto, estatuas e iglesias dedicadas a la Virgen de La Salette.

     En una “operación verdad” llevada a cabo de manera concreta la que nos ha permitido encontrar (gracias a la ayuda del padre Gian Matteo Roggio, mariólogo y provincial de los Misioneros de La Salette), en el archivo de la Congregación para la Propagación de la Fe, los dos textos originales (que debían permanecer secretos), conservados en el Vaticano y escritos de puño y letra por los dos videntes, y enviados a Pío IX. Hablamos, por tanto, del primer (y, por consiguiente, si queremos, del más genuino) texto en absoluto, en el que Mélanie y Maximin escriben lo que la Bella Señora les ha dicho.

El texto de los secretos

     El secreto de Maximin: “El Papa será perseguido. Y su sucesor será un pontífice que nadie se espera. Lo que te digo sucederá en el próximo siglo, lo más tarde en los años dos mil. Un gran país del norte de Europa, hoy protestante, se convertirá. Antes de que todo esto suceda, habrá grandes desórdenes en la Iglesia y por doquier”.

     El secreto de Mélanie: “Esto será terrible, que algunos ministros de Dios y esposas de Jesucristo se consagrarán al mal, y al final en la tierra reinará el infierno. En ese momento el anticristo nacerá de una religiosa, pero ¡ay de ella! Varias personas le creerán porque les dirá que es aquel que ha venido del Cielo, pero ¡ay de aquellos que le creerán! No está lejos el tiempo, no pasarán dos veces cincuenta años”.

La opinión de la grafóloga (Sara Cordella)



     Ambos tienen un planteamiento firmemente caligráfico y ambas son grafías muy controladas, de adultos plenamente maduros, a pesar de su joven edad.

     Maximin: el lenguaje es esencial, sin percepción personal, salvo en la primera parte. Se limita a un relato cronológico en sucesión. La no utilización de palabras que lleven a emociones personales, en lingüística forense, es indicio de verdad.

     Mélanie: La grafía está caracterizada por una escasa presión sobre la hoja. Esto indica una delicadeza no sólo física, sino también en la percepción de los estímulos externos. También en este caso se puede decir que es un producto genuino de la voluntad de quien lo escribe, ya que faltan indicios de forzamiento. El control del trazo es mucho más contenido, lúcido, claro y extremadamente frenado.


VIDEO:
EL SECRETO DE LA SALETTE EN NUESTROS DÍAS



Fuentes:
—Glória da Idade Média 
Revista Tesoros de la Fe
Carifilii.es

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