Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará

 



El espantoso afiche del movimiento de mujeres "católicas" alemanas
denominado "María 2.0" que pide la igualdad en la Iglesia


     El proceso de la revolución igualitaria no se detiene, por lo contrario, abruma cada vez más al mundo. Entre sus agentes más activos están los movimientos feministas, y dentro de estos existen los más radicales, de naturaleza anarquista, que invaden y profanan iglesias, atacan manifestaciones contra el aborto, etc. Hay otros que tienen un carácter aparentemente pacífico, con objetivos como el de acabar legalmente con la diferencia entre hombres y mujeres en la sociedad. En este grupo, se encuentran los que se autodenominan "católicos", que para lograr sus fines, quieren una reforma total en la Iglesia, incluyendo a la Sagrada Escritura para que pueda ser reescrita, y así "quitarle el carácter machista", atribuyendo a Dios un género neutral. 

     La mayoría de estos movimientos se basan en la doctrina marxista de la "lucha de clases", hoy con un nuevo rostro: la ideología de género, con la que defienden postulados abortistas, contra la vida y contra la familia.

     Recientemente, un grupo de feministas alemanas que dicen ser católicas, en vísperas de la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Alemana que comenzó el 23 de febrero, colgó un letrero con "siete tesis en pro de una iglesia viva" en las puertas de innumerables catedrales e iglesias del país germano.

     Ellas afirman que, "con la publicación de estas tesis por toda Alemania, queremos llamar la atención sobre situaciones insoportables dentro de la Iglesia católica, y reforzar nuestras demandas de reformas para una Iglesia del futuro, hermanada y pluralista". 

     Llama especialmente la atención que tales mujeres que dicen ser católicas, se inspiren, para expresar su inconformidad con la Iglesia, en el hereje Martín Lutero, quien en 1517 colgó sus noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia del Castillo de Wittenberg, lo que fue considerado como el inicio de su ruptura con la verdadera Iglesia.

     ¿Qué piden específicamente estas feministas? Nada de nuevo en la lógica del feminismo revolucionario: una actitud de valorización en relación a la sexualidad auto determinada es decir, no la del sexo biológico, sino la que la persona dice tener, con la introducción de la teoría de género en "una Iglesia con justicia de género, con la que todas las personas tengan acceso a todos los cargos" esto es, acceso al sacerdocio femenino, la realidad de ordenación de "obispas", "sacerdotisas", etc.—. Asombrosamente piden también terminar con el celibato eclesiástico de los sacerdotes. 

     Exigen además, que el episcopado alemán comience a reformar las normas de la Iglesia católica. Para las feministas, pese a que el episcopado de Alemania es la punta de lanza de la revolución en la Iglesia a nivel mundial, para ellas los obispos de ese país están caminando demasiado lento rumbo a las reformas.

     Ante el avance avasallador del feminismo de tinte comunista, y en contrapunto, surgen reacciones desde la parte sana de la población. En Francia, por ejemplo, un grupo de mujeres publicó un manifiesto titulado "A respecto de la vocación de lo femenino", en el que cuestionan muchas de las tesis feministas más radicales. Este manifiesto ya ha recibido el apoyo de más de 500 mujeres, entre amas de casa, profesionales, profesoras, estudiantes, etc. 

     En el subtítulo del manifiesto dice: "Con motivo de la publicación del Motu Proprio Spiritus Domini, las mujeres católicas queremos que la belleza de nuestra vocación específica sea reconocida y amada". Dicha Carta Apostólica del Papa Francisco, se refiere al acceso de las personas de sexo femenino al ministerio instituido del lectorado y del acolitado, y es vista por muchos como un camino peligroso que puede llegar a la ordenación sacerdotal de mujeres. 

     Quienes firman el documento sostienen que "la cuestión de la presencia de mujeres en el santuario, y la obstinación de algunas en que los sacerdotes puedan casarse, y en el sacerdocio de mujeres, son para nosotras, síntomas de una grave crisis litúrgica. arraigada en una crisis aún más antropológica, profunda en la complementariedad del hombre y la mujer. Todo católico, sea cual sea su estado de vida u orientación litúrgica, debe preocuparse por esta actitud, que genera un profundo malestar. Es en el momento en que nos damos cuenta del peligro del clericalismo, que paradójicamente olvidamos que las mujeres están divinamente excluidas de la jerarquía eclesial por el bien de toda la Iglesia. Nunca antes se había representado la vocación femenina en una caricatura tan empobrecida". 


La Anunciación. Museo de arte Sacra, Lisboa

     Para demostrar que hubo mujeres destacadas que jugaron un papel histórico en su tiempo, el documento resalta a Judith y a Esther, quienes fueron decisivas en la liberación de su pueblo. Pero que sobre todo, recuerdan el misterio de la Encarnación, en el que "Dios nos da a su propio Hijo por la Virgen María" y, en ella "el Amor de Dios encuentra su morada irrevocable". 

     "Mujeres católicas, continúa el manifiesto, conscientes de nuestro privilegio mariano, hemos optado por poner nuestras energías y talentos al servicio de la complementariedad efectiva entre hombres y mujeres. Creemos que nuestra vocación específica no se refleja en la del hombre a manera de un espejo, y que no necesita ser ennoblecida por el servicio del altar. Del mismo modo en que el hombre contrae una deuda con la maternidad espiritual, expresamos nuestra gratitud al servicio masculino en el altar".

     Por tanto, "hombres o mujeres, tenemos una deuda con este Sí femenino. Como resultado de esta respuesta, las mujeres en el cristianismo tienen su propia libertad de expresión y acción. Es justo recordar algunas figuras ilustres como Santa Catalina de Siena o Santa Juana de Arco, pero también es necesario reconocer las discretas intervenciones de las mujeres, incluso en nuestra vida personal". 

     Las firmantes añaden que "la tradición de dejar a las mujeres alejadas del altar es muy antigua, incluso original". Ellas se refieren a la cita de San Pablo en la primera Carta a los Corintios, 14, 34-35, que dice: “Las mujeres callan en las asambleas, porque no les toca a ellas hablar; que estén sometidas como dice la Ley. Si quieren aprender algo más, que le pregunten a sus maridos en casa, porque no es decoroso que una mujer hable en la iglesia"

     Continúan: 

     Esta tradición: 

     "1: Está presente tanto en Oriente como en Occidente". [Aquí se refieren al Can. 44 de la colección Laodicée du Ive].

     2: "El cristianismo, que siempre ha enseñado la igualdad de dignidad entre el hombre y la mujer, manteniendo la exclusión de la mujer del sacerdocio ministerial, recuerda a todo ser humano, hombre o mujer, que la medida de su vocación es la unión con Dios. Lejos de menospreciar a la mujer, la Iglesia, cuya jerarquía es masculina, se presenta como Esposa".

     Además, "la mujer es [ante todo] educadora. Queremos que nuestros hijos encuentren hitos claros en sus vocaciones como hombres y mujeres. No se debe alentar a las niñas a involucrarse en un clima de lucha y demandas. Se les debe animar a desarrollar y dar cuenta de sus propios talentos y carismas. Deben recibir el hecho de ser mujer, por lo que significa: ¡una gracia notable!".


Niña pisoteando una muñeca
en marcha pro aborto en Argentina

     Estas mujeres católicas conforme las enseñanzas de la Iglesia, saben que los pastores tienen que ser en la actualidad muy firmes para rechazar lo "políticamente correcto", y predicar la verdadera doctrina, duélale a quien le duela. Por eso terminan el manifiesto afirmando: "Estamos conscientes de que nuestros pastores, para que sean fieles al llamado evangélico y a la tradición bíblica y eclesial, tienen que soportar presiones y sufrir mucho. Cuenten con nuestras oraciones y con nuestro afecto fraterno, para que su celibato, ofrecido y unido al Único Sacrificio, sea siempre más fecundo".

     Resulta muy saludable, encontrar en medio del caos y confusión que imperan en la sociedad espiritual y en la temporal, valientes voces que se levantan en defensa de la buena doctrina.


Fuente:

Blog da Familia Católica 

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