Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará

 


ROSARIO MEDITADO DIRIGIDO A NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO




Misterios Gozosos

1er. Misterio: La Anunciación del Arcángel Gabriel y la encarnación del Verbo en el seno inmaculado de María

— Con su alma y su discernimiento de lo sobrenatural no obnubilados por el pecado original, María Santísima, aún  doncella, había delineado en su interior un esbozo del rostro divino, del espíritu, y de la mentalidad del Mesías cuya venida Ella anhelaba y del que quería ser su esclava. En ese instante, el Arcángel Gabriel se le presentó y le anunció que justamente Ella sería la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, el Buen Suceso por excelencia.

Por los méritos de las alegrías que tuviste en la Anunciación, te pedimos, ¡oh! Madre del Buen Suceso, que nos concedas la correspondencia a la gracia sobrenatural y el rechazo al pecado.


2do. Misterio: La Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel

— ¡Oh! Señora del Buen Suceso, háblanos por la gracia en lo interior de nuestras almas, y haz que ellas se estremezcan de júbilo y de devoción al escuchar tu llamado, así como San Juan Bautista al escuchar tu voz.


3er. Misterio: El Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo

— María Santísima, tú que trajiste el Buen Suceso al mundo, concédenos la admiración, la serenidad y la fortaleza que emanan del santo misterio de la Navidad.


4to. Misterio: La Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Purificación de María Santísima

— Que los méritos de tus siete dolores, formen almas sin timidez, llenas de fuego, que --unidas al Niño Jesús, a tí, ¡oh! Virgen del Buen Suceso, a San José y a la Santa Iglesia-- sean piedras de escándalo para la ruina o salvación de muchos.


5to. Misterio: La pérdida y el hallazgo del Niño Jesús en el Templo

— En las pruebas de esta vida mortal, nuestras almas son asaltadas por múltiples perplejidades. Para superarlas, siempre esperamos de Ti la fidelidad, la confianza y la fuerza, ¡oh! Madre del Buen Suceso.


Misterios Dolorosos

1º Misterio: La oración y agonía de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto de los Olivos

— Pidamos a María Santísima del Buen Suceso que nos conceda un alma capaz de amar el sufrimiento y, a ejemplo de la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres, su vidente, alcanzar la gracia insigne de sufrir por Ella y por la santa Iglesia, en unión con la agonía de valor infinito de Nuestro Señor Jesucristo.


2º Misterio: La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo

— Cuando los sufrimientos se abatan sobre nosotros como azotes, supliquemos a Nuestra Señora del Buen Suceso que nos comunique la fuerza invencible, la serenidad inquebrantable y una gota, siquiera, de la infinita dignidad de Nuestro Señor Jesucristo.


3º Misterio: La coronación de espinas de Nuestro Señor Jesucristo

— Cuando se burlen de nosotros, nos desprecien y nos eviten, especialmente por pertenecer al número de los católicos fieles a las enseñanzas perennes de la Iglesia, rogamos a Nuestra Señora del Buen Suceso que nos conceda la convicción de la entera sin razón de todas esas persecuciones y la gallardía de una fe inquebrantable en la santa y providencial misión de difundir su advocación y el anuncio de su Reino.


4º Misterio: La vía dolorosa de Nuestro Señor cargando penosamente la Cruz hasta lo alto del Calvario.

— Ni un paso atrás ni al costado; tal fue la determinación sobrenatural inquebrantable del Cordero sin mancha de proseguir en el camino de la cruz, aun cuando postrado por tercera vez bajo su peso. Te pedimos, ¡oh, Madre del Buen Suceso!, que nuestras almas sean semejantes a la de tu Divino Hijo y a la tuya.


5º Misterio: La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo

 — La víctima expiatoria ha llevado su misión redentora hasta las últimas consecuencias: lo ha hecho todo; lo ha aceptado todo; lo ha cumplido todo hasta el final. Al pie de la cruz, estaba María Santísima, que asintió a todo eso por nuestra salvación. Concédenos, ¡oh, Santa María del Buen Suceso, la gracia de llevar hasta las últimas consecuencias nuestras vocaciones personales, aceptando todos los sufrimientos que fueren necesarios, tanto en el presente como en el momento futuro de tu intervención en los acontecimientos, que has anunciado a la Madre Mariana de Jesús Torres. Concédenos que sea nuestro ideal ir al encuentro de esos sufrimientos y amarlos hasta el fin. Siendo débiles, incapaces y llenos de defectos, ¿cómo podríamos hacer eso si no es con auxilio sobrenatural? Que ese auxilio nos venga de la Sangre inocente del Cordero Divino y de tus lágrimas purísimas e inefablemente preciosas, ¡oh, María!


Misterios Gloriosos

1er Misterio:  La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo 

— Resurge el Redentor. El bien triunfa del mal. Todo el universo se alegra.

¡Oh! Madre del Buen Suceso, que dijiste que los que breguen por la restauración de la Civilización Cristiana "necesitarán de mucha fe y gran confianza en Dios", haz que mi alma crea con la certeza que tuviste en la resurrección de tu Hijo, y que se estremezca de júbilo y devoción en la espera del triunfo de tu Inmaculado Corazón, que será el Reino de Cristo en la Tierra.


2do. Misterio:  La ascensión de Nuestro Señor Jesucristo a los Cielos

— Sube al Cielo el Justo, cercado de una gloria infinita. ¡Oh! Madre mía del Buen Suceso, que yo desee que así se eleven la Santa Iglesia y la Cristiandad, en una victoria radiante sobre todas las cosas.


3er Misterio:  La venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los apóstoles, en el cenáculo

— Los apóstoles --tibios, de vistas cortas, timoratos-- se transforman en un instante. Habiendo rezado en el cenáculo, con tu mediación, el Espíritu Santo descendió sobre todos como lenguas de fuego, y los transformó en el acto. Señora mía del Buen Suceso, una palabra tuya puede hacer lo mismo conmigo, tan débil, tan tibio y tan pecador. Dí una sola palabra y mi alma será transformada.


4to. Misterio:  La asunción  de María Santísima a los Cielos, en cuerpo y alma

— Tu pureza, tu fe y tu fortaleza encontraron, por fin, el premio merecido. Madre mía del Buen Suceso, hazme puro y lleno de fe, para luchar en unión contigo en la Tierra y, así, llegar a contemplarte eternamente en el Cielo.


5to. Misterio:  La coronación de la Santísima Virgen como Reina del Cielo y de la Tierra

— Desde lo alto de la gloria de donde reinas, sé para mí Madre de Misericordia, apoyándome en todas mis defecciones, levantándome de todas mis caídas, perdonándome todas mis faltas y amándome en todos los instantes, de manera que en todo te ame, ¡oh! Reina Santa del Buen Suceso, Tú, que debes ser la admiración de toda mi vida.



Las reflexiones de este Rosario Meditado han sido adaptadas por Apostolado Seglar Nuestra Señora del Buen Suceso a esa misma advocación, a partir de las compuestas el siglo pasado por el intelectual católico e infatigable apóstol brasileño Plinio Corrêa de Oliveira.

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