¿Quién es ese personaje llamado a restaurar el espíritu de la Iglesia? ¿Quién es ese hijo predilecto de María Santísima, por medio del cual Dios Nuestro Señor salvará con su brazo omnipotente a la sociedad humana del enemigo que ahora la esclaviza? ¿Cuándo vendrá dicho restaurador, al que Jesucristo le otorgará la misión más extraordinaria que hayan visto los siglos?
El beato carmelita, Francisco Palau y Quer, 1811 - 1872 |
—¿Quién ejecutará esa misión en la tierra?, se preguntaba el Bienaventurado Palau. ¿Será el profeta Elías, como lo dan a entender para el fin del mundo diversos pasajes bíblicos y la opinión de doctores de la Iglesia?
¿O será alguien que actuará con los poderes del propio profeta Elías, y probablemente secundado por discípulos?
El santo profeta Elías, cuyo nombre significa "Dios es el Señor", es uno de los mayores del Antiguo Testamento. Su importancia es transcendente porque él no ha muerto, habiendo sido llevado a los cielos en un carro de fuego (2Reyes: 2). Según la interpretación exegética predominante, él es uno de los dos testigos que comparecerán en el fin del mundo para predicar contra el Anticristo.
Lea: El Profeta Elías, primer devoto de la Santísima Virgen, está vivo y regresará para defender la Santa Iglesia
El movimiento revolucionario no sólo será derrotado. Pero el Beato Palau consideraba que, en virtud de la decadencia de la Fe y de la moral, las meras fuerzas humanas y las vías ordinarias de la gracia serían insuficientes para derribar la Revolución.
Solamente una intervención extraordinaria determinada por la Divina Providencia podría iluminar y rescatar a los fieles desconcertados y a punto de ser tragados por el caos revolucionario:
«Siendo impotente [la sociedad actual] para salvarse con el auxilio ordinario de la gracia, Dios le enviará una misión y será la misión postrera. ....
«Satanás ha entrado en el seno del catolicismo, y nos combate por dentro. ....
«Para expulsarlo de adentro del santuario, no bastan nuestras fuerzas ordinarias.
«Dios, en su providencia, tiene preparado un auxilio extraordinario, y está tanto más cerca cuanto más se agrava el mal» ("El triunfo de la Iglesia", El Ermitaño, Nº 97, 15-9-1870).
El Beato Palau era consumido por el deseo que fuera el propio profeta Elías quien venga en persona, enviado por Dios, para liberar a la Iglesia y a la civilización de la dictadura de la Revolución. Pero reconocía que podría no tratarse de él, sino de alguien revestido de su espíritu y de su misión; es decir, de otra persona que mereciera ser llamado Elías, por semejanza de perfil moral, virtudes y tarea providencial.
Que haya un como que hilo conductor de la misión del profeta Elías a lo largo del tiempo queda claro con las palabras de Nuestro Señor a San Pedro, Santiago y San Juan cuando descendían del Tabor luego de la Transfiguración, donde Moisés y Elías se aparecieron y hablaron con Él. Los apóstoles le plantearon que se suponía que Elías aún estaba por venir, con lo que concordó, pero agregando que Elías ya había venido, pero no lo reconocieron, y habían hecho con él lo que quisieron, por lo que ellos comprendieron que les había hablado de San Juan Bautista (cfr. Mt 17:10-13).
Se preguntaba entonces el beato carmelita:
«¿Será Elías el tesbita, el mismo que profetizó durante el reinado de Acab y Jezabel*, reyes de Israel? No lo sabemos.
«Pero no hay nada contra la Fe en creer que sea un hombre cualquiera, un pescador como Pedro; el hijo de un carpintero, como Jesús; o un pobre hombre, ignorante según la ciencia del mundo, pero sabio para su misión» ("Cálculos del Ermitaño", El Ermitaño, Nº 163, 21-12-1871).
«Un hombre con una misión especial de Dios: ese hombre, quiera que se llame Elías, Enoc, o como quieran, será el Restaurador» ("La Restauración", El Ermitaño, Nº 154, 19-10-1871).
«Ese apóstol será Elías, el Elías prometido, sea cual fuere el nombre que al parecer le será dado.
«Llámese Juan, Moisés, Pedro, poco importa el nombre; la misión de Elías restaurará la sociedad humana porque así Dios, en su Providencia, lo ha ordenado» ("Anarquía social", El Ermitaño, Nº 113, 5-1-1871).
¿Cuál es el perfil moral y religioso del restaurador prometido?
Para ese perfil, el bienaventurado escogió un nombre: Moisés de la Ley de la Gracia. La Ley de la Gracia es el Nuevo Testamento.
Será un Moisés porque, al igual que el profeta Moisés liberó en tiempos del Antiguo Testamento a los judíos del cautiverio de los egipcios, el de la Ley de la Gracia liberará a los cristianos del yugo de la Revolución y los conducirá a la tierra prometida por la Santísima Virgen —«¡Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará!»—: el Reino de María, la era profetizada por San Luis María Grignion de Montfort en la que, decía este santo, «las almas respirarán a María como los cuerpos respiran el aire» (Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen).
Las siguientes características esenciales nos permitirán definir e identificar a ese Moisés de la Ley de la Gracia:
1. Denunciará ante los hombres lo que es la Revolución; exorcizará a sus jefes diabólicos; confundirá a sus secuaces humanos y frustrará sus maniobras.
2. Despertará a los católicos de cara a la Revolución instalada en la Iglesia.
3. Llegará cuando todos hayan perdido la esperanza de un rescate.
4. Organizará al remanente de los buenos para luchar contra la Revolución.
5. Predicará penitencia. No tendrá el tenor halagador del mundo y de la carne.
6. Será perseguido, incluso por falsos cristianos.
Los teólogos afirman que Elías presencia los acontecimientos humanos desde un mirador profético |
El movimiento revolucionario no sólo será derrotado. Pero el Beato Palau consideraba que, en virtud de la decadencia de la Fe y de la moral, las meras fuerzas humanas y las vías ordinarias de la gracia serían insuficientes para derribar la Revolución.
Solamente una intervención extraordinaria determinada por la Divina Providencia podría iluminar y rescatar a los fieles desconcertados y a punto de ser tragados por el caos revolucionario:
«Siendo impotente [la sociedad actual] para salvarse con el auxilio ordinario de la gracia, Dios le enviará una misión y será la misión postrera. ....
«Satanás ha entrado en el seno del catolicismo, y nos combate por dentro. ....
«Para expulsarlo de adentro del santuario, no bastan nuestras fuerzas ordinarias.
«Dios, en su providencia, tiene preparado un auxilio extraordinario, y está tanto más cerca cuanto más se agrava el mal» ("El triunfo de la Iglesia", El Ermitaño, Nº 97, 15-9-1870).
El santo Profeta Elías, Restaurador de la Alianza |
Que haya un como que hilo conductor de la misión del profeta Elías a lo largo del tiempo queda claro con las palabras de Nuestro Señor a San Pedro, Santiago y San Juan cuando descendían del Tabor luego de la Transfiguración, donde Moisés y Elías se aparecieron y hablaron con Él. Los apóstoles le plantearon que se suponía que Elías aún estaba por venir, con lo que concordó, pero agregando que Elías ya había venido, pero no lo reconocieron, y habían hecho con él lo que quisieron, por lo que ellos comprendieron que les había hablado de San Juan Bautista (cfr. Mt 17:10-13).
San Juan Bautista se consumía de celo por la causa de Dios y preparó el anuncio del evangelio de Cristo |
Se preguntaba entonces el beato carmelita:
«¿Será Elías el tesbita, el mismo que profetizó durante el reinado de Acab y Jezabel*, reyes de Israel? No lo sabemos.
«Pero no hay nada contra la Fe en creer que sea un hombre cualquiera, un pescador como Pedro; el hijo de un carpintero, como Jesús; o un pobre hombre, ignorante según la ciencia del mundo, pero sabio para su misión» ("Cálculos del Ermitaño", El Ermitaño, Nº 163, 21-12-1871).
«Un hombre con una misión especial de Dios: ese hombre, quiera que se llame Elías, Enoc, o como quieran, será el Restaurador» ("La Restauración", El Ermitaño, Nº 154, 19-10-1871).
«Ese apóstol será Elías, el Elías prometido, sea cual fuere el nombre que al parecer le será dado.
«Llámese Juan, Moisés, Pedro, poco importa el nombre; la misión de Elías restaurará la sociedad humana porque así Dios, en su Providencia, lo ha ordenado» ("Anarquía social", El Ermitaño, Nº 113, 5-1-1871).
¿Cuál es el perfil moral y religioso del restaurador prometido?
Moisés y los Diez Mandamientos |
Para ese perfil, el bienaventurado escogió un nombre: Moisés de la Ley de la Gracia. La Ley de la Gracia es el Nuevo Testamento.
Será un Moisés porque, al igual que el profeta Moisés liberó en tiempos del Antiguo Testamento a los judíos del cautiverio de los egipcios, el de la Ley de la Gracia liberará a los cristianos del yugo de la Revolución y los conducirá a la tierra prometida por la Santísima Virgen —«¡Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará!»—: el Reino de María, la era profetizada por San Luis María Grignion de Montfort en la que, decía este santo, «las almas respirarán a María como los cuerpos respiran el aire» (Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen).
En Fátima, la Santísima Virgen profetizó el establecimiento de su Reino: <<¡Por mi Inmaculado Corazón triunfará!>> |
Las siguientes características esenciales nos permitirán definir e identificar a ese Moisés de la Ley de la Gracia:
1. Denunciará ante los hombres lo que es la Revolución; exorcizará a sus jefes diabólicos; confundirá a sus secuaces humanos y frustrará sus maniobras.
2. Despertará a los católicos de cara a la Revolución instalada en la Iglesia.
3. Llegará cuando todos hayan perdido la esperanza de un rescate.
4. Organizará al remanente de los buenos para luchar contra la Revolución.
5. Predicará penitencia. No tendrá el tenor halagador del mundo y de la carne.
6. Será perseguido, incluso por falsos cristianos.
Portentosa Imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso que se venera en el Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito |
En 1634, la Santísima Virgen del Buen Suceso le reveló a la Madre Mariana de Jesús Torres, el advenimiento de ese restaurador de la Iglesia, mencionado por el Beato Palau:
"Ora con instancia, clama sin descansar y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial que, por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo, ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia a quien deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes.
"A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo. En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado.
"Y alegre y triunfante, cual tierna niña, resurgirá la Iglesia y se dormirá suavemente arrullada en los brazos del hábil corazón maternal de mi hijo elegido muy querido de aquellos tiempos, al que, si dócilmente diese oídos a las inspiraciones de la gracia —siendo una de ellas la lectura de las grandes misericordias que mi Hijo Santísimo y yo hemos usado contigo—, lo llenaremos de gracias y dones muy particulares, lo haremos grande en la tierra y mucho más en el Cielo, donde le tenemos reservado un asiento muy precioso, pues sin temor a los hombres, combatió por la verdad y defendió impertérrito los derechos de la Iglesia, por lo que bien lo podrán llamar mártir".
Que el Buenaventurado Francisco Palau y Sor Mariana de Jesús Torres, nos asistan desde el Cielo y, junto con ellos, oremos con insistencia, clamemos sin cansancio y lloremos con lágrimas amargas en lo secreto de nuestros corazones, pidiendo a Nuestro Padre Celestial y a María Santísima del Buen Suceso, Nuestra Madre, la urgente venida del restaurador prometido.
Fuente:
Fuente:
— aparicaodelasalette.blogspot.com (con comentarios agregados nuestros).
— Padre Manoel de Souza Pereira, Vida admirável da Revda. Madre Mariana de Jesus Torres.
Notas:
* La reina Jezabel había introducido en Israel el culto idolátrico al dios Baal, y había llevado la nación al borde de la apostasía, una ruptura con la Alianza de Moisés. Dios Nuestro Señor suscitó entonces al profeta Elías, con la misión de restaurar la Alianza.
* La reina Jezabel había introducido en Israel el culto idolátrico al dios Baal, y había llevado la nación al borde de la apostasía, una ruptura con la Alianza de Moisés. Dios Nuestro Señor suscitó entonces al profeta Elías, con la misión de restaurar la Alianza.
Extraordinario.
ResponderEliminarMuchas gracias
Estas profecías hablan de la llegada del Nuevo Elias
ResponderEliminarBuenas tardes. Les agradezco que me manden estos episodios que solo había escuchado ahora los he leído seguiré rezando para que estos acontecimientos lleguen pronto y que nuestra fe siga bien agarrada de nuestra madre María Santísima.
ResponderEliminarGracias por alimentar más mis conocimientos sobre María Madre Del Buen Suceso
ResponderEliminarExcelente. Esto suele ser el mejor Antidote para el "Virus" Ateo Satánico Actual. Rosario en Mano, "A Dios Orando y Con el Mazo Dando"Acatando las recomendaciones del Prof. Dr. Plinio Correa de Oliveira: Calma, Confianza, Coraje. Hasta el Asegurado Triunfo de Nuestra Madre Celestial.
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