El Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción
El Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción, es autoría del gran e ilustre predicador franciscano, Fray Bernardino de Busti, quien murió en olor de santidad, entre los años 1513 y 1515, en el convento de Santa María della Misericordia, en Melegnano (Lombardía).
Muy poco después de su muerte, la devoción popular ya lo proclamaba como bienaventurado.
Conocido también como Oficio Menor o Salterio mariano, fue difundido enormemente por el orbe católico. Entre los que cooperaron para ello, se encuentra especialmente San Alfonso Rodríguez, S.J., que lo consideraba el más bello himno de alabanza a la Inmaculada.
Otro de sus difusores fue San Alfonso María de Ligorio. Doctor de la Iglesia y Fundador de los Redentoristas, quien desde que conoció el Pequeño Oficio, pasó a rezarlo todos los días.
Modo de rezar
El pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción sigue las divisiones tradicionales del gran Oficio divino, cuya recitación distribuyó en diferentes horas del día el salterio del Rey y Profeta David, quien decía: "Siete veces al día, te dirigirás al Señor en alabanzas".
Se puede rezar todo de una vez, o si no en el horario que corresponda a cada hora para renovar, durante el día, el recuerdo y las excelsas alabanzas a María Santísima:
Maitines: antes de la aurora
Prima: a las 6 horas
Tercia: a las 9 horas
Sexta: a las 12 horas
Nona: a las 15 horas
Vísperas: al atardecer
Completas: por la noche
Al pronunciar las palabras: "Abre ahora mis labios", se hace, con el pulgar derecho, una señal de la cruz en los labios. En Completas, al decir: "Conviértenos Jesús", la señal de la cruz se hace en el pecho, con el mismo pulgar. Todas las veces que se dice: "En mi socorro venid ya, Señora" se hace la señal de la cruz completa.
Indulgencias
El Bienaventurado Pío IX, el Papa de la Inmaculada Concepción, consagró mundialmente el Oficio Menor.
A petición de Mons. Carlos F. Rousselet, Obispo de Sée (Francia), se concedió 300 días de indulgencia, por la recitación de estas Horas: De igual modo, Pío IX concedió 100 días de indulgencia a quien rezase la antífona "Esta es la Virgen", con el verso, el responso y la oración.
Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepcion
INTENCIONES POR LAS QUE SERÁ REZADO EL PEQUEÑO OFICIO (ADEMÁS DE LAS INTENCIONES INDIVIDUALES):
● Por el triunfo del Inmaculado Corazón de Maria. Que Ella conquiste y triunfe en nuestros corazones, en los corazones de todos.
● Por el pronto triunfo de la Santa Iglesia sobre sus enemigos.
● Por los pecadores. Por su verdadero arrepentimiento y el deseo de enmendar sus vidas; por los agonizantes y las almas del Purgatorio.
● Para que cesen las ofensas al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón de María.
● Para que María Inmaculada nos proteja en medio de la crisis sanitaria que atraviesa el mundo.
● Para que Ella proteja a nuestra nación, la primera consagrada al Sacratísimo Corazón de su divino Hijo, y que la conmueva en lo más profundo de sus entrañas para que sea consecuente y muestre que valora, que está agradecida, y que se comporta en coherencia con tan insigne privilegio.
Maitines
V.- Entonad ahora, labios míos,
R.- Los dones y las glorias de la Virgen Madre de Dios.
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre...
Himno
Salve, ¡oh Virgen Madre!, Señora mía,
Estrella de la mañana, del Cielo Reina.
Llena de gracia sois; salve, luz pura,
Velad por el mundo y por toda criatura.
Para Madre el Señor os destinó
El que los mares, la tierra y el Cielo creó.
Él preservó vuestra Concepción
De la mancha que todos tenemos desde Adán. Amén.
V.- Dios la escogió y la predestinó.
R.- En su Tabernáculo la hizo habitar.
V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.
Oremos: Santa María, Reina de los Cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Dominadora del mundo, que a nadie desamparáis ni despreciáis; poned, Señora, en mí, los ojos de vuestra piedad y alcanzadme de vuestro amado Hijo el perdón de todos mis pecados, para que, venerando ahora afectuosamente vuestra Inmaculada Concepción, consiga después la corona de la eterna bienaventuranza: por el mismo Hijo vuestro, Jesucristo, Señor Nuestro, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en unidad perfecta, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.
V.- Bendigamos al Señor.
R.- Demos gracias a Dios.
V.- Las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
R.- Amén.
Prima
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre...
Himno
Salve, Virgen Prudente, destinada
Para dar al Señor digna morada.
Con las siete columnas de la Escritura,
Del templo a la mesa os ornó en figura.
Fuisteis libre del mal que al mundo espanta,
Y en el seno materno siempre santa.
Puerta de los Santos: Eva, Madre de la vida,
Estrella de Jacob aparecida.
Armáis la escuadra contra Luzbel;
Sed amparo y refugio del pueblo fiel. Amén.
V.- Él mismo la creó en el Espíritu Santo.
R.- Y la representó maravillosamente en todas sus obras.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).
Tercia
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre...
Himno
Sois el Arca de la Alianza, el Trono de Salomón,
Bello iris celeste, zarza ardiente de visión.
Vos sois la Virgen florida, el velo de Gedeón,
Divino portal cerrado, el panal del fuerte Sansón.
Convenía, ciertamente, que la Madre de tan noble Hijo
No tuviese de Eva la mancha y resplandeciese con todo el brillo.
Y habiendo el Verbo escogido por madre a la Virgen casta,
No quiso que estuviese sujeta a la culpa que el mundo arrastra. Amén.
V.- Yo habito en lo más alto del Cielo.
R.- Y mi trono está sobre la columna de las nubes.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).
Sexta
V.-En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre...
Himno
Dios os salve, Virgen Madre, Vos sois el templo de la Trinidad,
El puro encanto de los Ángeles, agasajo de castidad.
Sois el consuelo de los tristes, el huerto de la alegría,
Sois la palma de la paciencia, el cedro de la pureza.
María, Vos tierra sois, bendita y sacerdotal,
Concebida y preservada sin pecado original.
Ciudad Santa del Altísimo, del Cielo entrada oriental,
Hay en Vos, Virgen singular, toda la gracia celestial. Amén.
V.- Como un lirio entre los espinos,
R.- Así es mi predilecta entre los hijos de Adán.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).
Nona
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre...
Himno
Sois ciudad de refugio, de torres fortalecida,
Por David atrincherada, y de armas también defendida.
Sin pecado concebida, en caridad abrasada,
Fue del dragón la soberbia, por Vos, herida y humillada.
Sois la bella Abigail, Judith invicta y entusiasmada,
Fuisteis del verdadero David Madre tierna, Madre cariñosa.
Raquel dio a Egipto un prudente gobernador,
La Virgen de las vírgenes dio al mundo su Salvador. Amén.
V.- Sois toda hermosa, ¡oh Madre querida!
R.- Y la mancha original nunca os tocó
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).
Vísperas
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre...
Himno
Salve, regulador celeste, por el cual
El sol retrocedió en diez líneas.
A fin de encarnarse el Verbo eterno, y ser humillado,
Y el hombre, como el sol, al Cielo ser levantado.
De aquel sol brillante la Virgen tiene el fulgor,
Y cual aurora naciente refulge en esplendor.
Lirio entre los espinos, la cabeza del dragón pisando,
Cual luna bella ilumina a los que en el mundo van errando. Amén.
V.- Yo hice nacer en el Cielo la luz que no se apaga
R.- Y cubrí como niebla la tierra entera
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).
Completas
V.- Conviértenos Jesús, por vuestro amor.
R.- Y retira de nosotros tu furor.
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre...
Himno
Salve, floreciente Virgen pura,
Reina de astros coronada.
Más pura que los Ángeles, tenéis el trono
A la derecha del Rey, en nuestro auxilio.
¡Oh Madre de gracia!, nuestra dulce esperanza,
Del mar Estrella y puerto de bonanza.
Puerta del Cielo, salud en la enfermedad,
De Dios nos guía a la feliz presencia. Amén.
V.- Vuestro Nombre ¡oh María!, es como un bálsamo.
R.- Mucho os aman vuestros siervos fieles.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).
Después del Oficio
Acepta, ¡oh Virgen!
Esta devoción
En alabanza de vuestra
Pura Concepción.
Sednos en la vida
Defensora y guía;
Sednos aliento
En nuestra agonía.
¡Oh Madre de bondad!,
¡Oh dulce María!.
Antífona. Esta es la Virgen admirable, en la cual no hubo mancha original, ni sombra de pecado.
V.- En vuestra Concepción, ¡oh Virgen!, fuisteis Inmaculada.
R.- Rogad por nosotros al Padre Eterno, cuyo Hijo trajisteis al mundo.
Oremos. ¡Oh Dios! que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste a vuestro Hijo una digna morada, os rogamos que, pues en virtud de la previsión de la muerte de vuestro Hijo la preservasteis de toda mancha, nos concedáis también que, purificados por su intercesión, lleguemos a vuestra Divina Presencia. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén
COMUNIQUENOS CUALQUIER DUDA QUE TENGA SOBRE EL MODO DE REZAR EL PEQUEÑO OFICIO
Muchas gracias, es precioso.
ResponderEliminarUnidos en Oración y difundido
ResponderEliminarGracias. Dios mediante espero hacerlo diariamente
ResponderEliminarYa rece el Rosario
ResponderEliminarNuestra Madre nos bendiga siempre
ResponderEliminarBien! Por la nueva generación que busca en la historia, el origen de la Civilización Cristiano Católica. Bien, ese nexo con la vida humana.
ResponderEliminarDesde Venezuela. Rezo del Pequeño Oficio
ResponderEliminarAmén.
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