Los medios de comunicación dedicaron esta semana (Nota de la Redacción : en la tercera semana de diciembre de 1980) mucho espacio a las noticias que dieron cuenta del asesinato del cantante John Lennon. El músico fue elogiado y honrado más allá de cualquier límite razonable. Digo esto porque uno de los periódicos brasileños llegó a compararlo blasfemamente con Nuestro Señor Jesucristo, alegando que después de la muerte de Lennon, se debería esperar que haya más cristos que venzan la violencia.
Creo que esto es una blasfemia tras otra: En primer lugar, porque no hay una serie de cristos en la historia. La persona de Nuestro Señor no tiene paralelo con ningún otro hombre. En segundo lugar, nos lleva a pensar que el único mérito de la muerte de Cristo sería el haber sufrido violentamente. Según este punto de vista, no habría pecado a ser redimido, ni error que deba corregirse, sin la injusta persecución que sufrió el Bien por excelencia, sin la Víctima inocente que voluntariamente se ofreció a Sí mismo por nosotros. Lo único que aquí cuenta es que su vida terminó violentamente. Nuestro Señor era infinitamente más que una víctima de la violencia. Sigamos adelante y analicemos la vida de este personaje, John Lennon.
En la historia nos encontramos con hombres que han llamado la atención por su pésimo comportamiento. En el caso de Lennon, lo que llama la atención no es sólo su inmoralidad y vida corrompida, sino la receptividad que en el público tuvieron él y su música. Es bien conocido el principio, "Dime con quién andas y te diré quién eres". Podríamos parafrasear diciendo, "Dime a quién alabas y te diré quién eres". Si este hombre fue elogiado por los medios de comunicación de toda una época, entonces esta época bien puede ser definida por el pensamiento de Lennon. Por lo tanto, analizaré las causas por las cuales nuestros contemporáneos, aceptaron su personalidad.
Creo que esto es una blasfemia tras otra: En primer lugar, porque no hay una serie de cristos en la historia. La persona de Nuestro Señor no tiene paralelo con ningún otro hombre. En segundo lugar, nos lleva a pensar que el único mérito de la muerte de Cristo sería el haber sufrido violentamente. Según este punto de vista, no habría pecado a ser redimido, ni error que deba corregirse, sin la injusta persecución que sufrió el Bien por excelencia, sin la Víctima inocente que voluntariamente se ofreció a Sí mismo por nosotros. Lo único que aquí cuenta es que su vida terminó violentamente. Nuestro Señor era infinitamente más que una víctima de la violencia. Sigamos adelante y analicemos la vida de este personaje, John Lennon.
En la historia nos encontramos con hombres que han llamado la atención por su pésimo comportamiento. En el caso de Lennon, lo que llama la atención no es sólo su inmoralidad y vida corrompida, sino la receptividad que en el público tuvieron él y su música. Es bien conocido el principio, "Dime con quién andas y te diré quién eres". Podríamos parafrasear diciendo, "Dime a quién alabas y te diré quién eres". Si este hombre fue elogiado por los medios de comunicación de toda una época, entonces esta época bien puede ser definida por el pensamiento de Lennon. Por lo tanto, analizaré las causas por las cuales nuestros contemporáneos, aceptaron su personalidad.
Nota biográfica
John Lennon nació en Liverpool, Inglaterra en 1940. Fue uno de los cuatro miembros de la banda de rock The Beatles, cuyos cientos de millones de álbumes rompieron los récords de ventas. Los Beatles marcaron profundamente la década de 1960, con la introducción de una nueva forma de ser, que ayudó a lanzar la revolución de la Sorbona (mayo de 1968). En 1970 la banda musical se disolvió, provocando la tristeza de sus fans. En ese entonces, cada integrante siguió su propio camino.
Lennon: el estilo sucio y descuidado del hippie. |
John Lennon nació en Liverpool, Inglaterra en 1940. Fue uno de los cuatro miembros de la banda de rock The Beatles, cuyos cientos de millones de álbumes rompieron los récords de ventas. Los Beatles marcaron profundamente la década de 1960, con la introducción de una nueva forma de ser, que ayudó a lanzar la revolución de la Sorbona (mayo de 1968). En 1970 la banda musical se disolvió, provocando la tristeza de sus fans. En ese entonces, cada integrante siguió su propio camino.
Lennon hizo una fortuna de más de $ 240.000.000.
Compró un apartamento de lujo de cinco pisos en el edificio Dakota, una de las residencias más de moda en Nueva York, y varias casas de campo. Durante este período, se adentró profundamente en el misticismo oriental, haciendo muchos viajes a la India. Su aspecto externo cambió para corresponder a sus nuevas convicciones.
Vivía con una mujer japonesa, Yoko Ono, e invitó a la prensa para fotografiar y filmar un acto sexual de la pareja en su apartamento.
En la noche del 8 de diciembre de 1980, alrededor de las 11 de la tarde, al salir de una limusina delante de su apartamento, se le acercó un hombre armado con un revólver y le preguntó: "¿Sr. Lennon?". Él respondió: "Sí". El hombre, Mark David Chapman, poniéndose de rodillas y sosteniendo el arma con ambas manos, le apuntó y le propinó cinco tiros. En el parte policial, se registró el alegato del asesino, de haber escuchado una voz interior del demonio pidiéndole acabar con la vida del músico. La voz le había dicho: "Mata a Lennon, él es mío y ¡lo quiero para mí!."
Comentarios de Plinio de Oliveira:
No voy a analizar la música de los Beatles para juzgar su valor artístico, sino que voy a considerar desde una perspectiva católica la influencia que esta música tuvo en el público y el tipo de pensamiento que ella generó. Este es un ejercicio interesante en la perspectiva Revolución y Contra Revolución (RCR), pues esta música produce fundamentalmente un estado temperamental que en sí mismo ejerce una influencia sobre una persona, independientemente de la letra. Demuestra cómo la revolución en las tendencias produce la revolución en las ideas.
Las ventajas que la Revolución adquiere mediante la música
Las grandes revoluciones siempre han tenido sus homólogos musicales. La música, juega un papel en el desarrollo de las mismas. El tocarla con gran ímpetu o cantada por las tropas en la batalla como incentivo para alentar a los soldados a ir hacia adelante, puede lograr lo que el silogismo de un instructor jamás podría alcanzar.
Imaginemos a un profesor en un campo de batalla, diciéndole a la tropa con un altavoz: "Soldados: servir a su país es un deber; y morir por él es una gloria. Por lo tanto, cumplan con su deber, alcanzando la gloria, ¡muriendo si fuese necesario!". No muchos soldados estarían convencidos por tal silogismo. En lugar de ello, una pieza musical, con sus notas reverberantes, recorriendo todo el campo de batalla, tendrá un efecto más poderoso que el fuego de artillería y de ametralladoras, y ayudará a generar el sentido de heroísmo necesario para ganar la batalla. La música es un instrumento de guerra.
Algo similar sucede con las revoluciones. Creo que, entre las músicas revolucionarias, la Marsellesa es la más característica de todas. Era la canción que las turbas revolucionarias coreaban mientras marchaban hacia las Tullerías, en París, para derrocar a la monarquía. Dicha música tiene un alcance extraordinario y una especie de fuego satánico. Exalta, arrastra, intoxica y crea ilusiones en los que la oyen, y por lo tanto, ayudó a la Revolución a alcanzar sus metas.
En el mismo sentido, la música de los Beatles ayudó también a la Revolución a alcanzar sus propósitos. ¿Cuáles fueron las armas usadas en esta guerra psicológica moderna?: los cientos de millones de discos vendidos en todo el mundo, mediante los cuales se difundieron las tendencias revolucionarias contra la autoridad y las buenas costumbres. La música rock de los años 60 fue una fuerza poderosa que contribuyó a la expansión de la Revolución Cultural. Habiendo comenzado en Berkeley, California, una década antes, la explosión simbólica de esta Revolución en realidad tuvo lugar en París, en la Universidad de la Sorbona, en mayo de 1968. ¿Qué tendencias fueron difundidas con la música rock?
Vivía con una mujer japonesa, Yoko Ono, e invitó a la prensa para fotografiar y filmar un acto sexual de la pareja en su apartamento.
En la noche del 8 de diciembre de 1980, alrededor de las 11 de la tarde, al salir de una limusina delante de su apartamento, se le acercó un hombre armado con un revólver y le preguntó: "¿Sr. Lennon?". Él respondió: "Sí". El hombre, Mark David Chapman, poniéndose de rodillas y sosteniendo el arma con ambas manos, le apuntó y le propinó cinco tiros. En el parte policial, se registró el alegato del asesino, de haber escuchado una voz interior del demonio pidiéndole acabar con la vida del músico. La voz le había dicho: "Mata a Lennon, él es mío y ¡lo quiero para mí!."
Comentarios de Plinio de Oliveira:
No voy a analizar la música de los Beatles para juzgar su valor artístico, sino que voy a considerar desde una perspectiva católica la influencia que esta música tuvo en el público y el tipo de pensamiento que ella generó. Este es un ejercicio interesante en la perspectiva Revolución y Contra Revolución (RCR), pues esta música produce fundamentalmente un estado temperamental que en sí mismo ejerce una influencia sobre una persona, independientemente de la letra. Demuestra cómo la revolución en las tendencias produce la revolución en las ideas.
Las ventajas que la Revolución adquiere mediante la música
Las grandes revoluciones siempre han tenido sus homólogos musicales. La música, juega un papel en el desarrollo de las mismas. El tocarla con gran ímpetu o cantada por las tropas en la batalla como incentivo para alentar a los soldados a ir hacia adelante, puede lograr lo que el silogismo de un instructor jamás podría alcanzar.
Imaginemos a un profesor en un campo de batalla, diciéndole a la tropa con un altavoz: "Soldados: servir a su país es un deber; y morir por él es una gloria. Por lo tanto, cumplan con su deber, alcanzando la gloria, ¡muriendo si fuese necesario!". No muchos soldados estarían convencidos por tal silogismo. En lugar de ello, una pieza musical, con sus notas reverberantes, recorriendo todo el campo de batalla, tendrá un efecto más poderoso que el fuego de artillería y de ametralladoras, y ayudará a generar el sentido de heroísmo necesario para ganar la batalla. La música es un instrumento de guerra.
Algo similar sucede con las revoluciones. Creo que, entre las músicas revolucionarias, la Marsellesa es la más característica de todas. Era la canción que las turbas revolucionarias coreaban mientras marchaban hacia las Tullerías, en París, para derrocar a la monarquía. Dicha música tiene un alcance extraordinario y una especie de fuego satánico. Exalta, arrastra, intoxica y crea ilusiones en los que la oyen, y por lo tanto, ayudó a la Revolución a alcanzar sus metas.
En el mismo sentido, la música de los Beatles ayudó también a la Revolución a alcanzar sus propósitos. ¿Cuáles fueron las armas usadas en esta guerra psicológica moderna?: los cientos de millones de discos vendidos en todo el mundo, mediante los cuales se difundieron las tendencias revolucionarias contra la autoridad y las buenas costumbres. La música rock de los años 60 fue una fuerza poderosa que contribuyó a la expansión de la Revolución Cultural. Habiendo comenzado en Berkeley, California, una década antes, la explosión simbólica de esta Revolución en realidad tuvo lugar en París, en la Universidad de la Sorbona, en mayo de 1968. ¿Qué tendencias fueron difundidas con la música rock?
Los Beatles desataron una histeria contagiosa (arriba), influenciando decisivamente a las nuevas generaciones (abajo). |
A pesar del lujo con el que vivía, John Lennon se presentaba en los medios de comunicación y delante de la gente común, vestido con ropas rasgadas, descuidado, sucio, y usó el micrófono para interpretar canciones que producían un efecto alucinante en sus fans, conduciéndolos luego por el camino de la obscenidad y la inmundicia. Lennon y sus compañeros eran como los camiones recolectores de basura, que, en lugar de recoger los desperdicios de las calles, extendían su basura a donde quiera que iban.
La gente degenerada es por lo general rechazada y ridiculizada. Lennon y sus compañeros transformaron a este tipo de gente dañada, en un patrón normal, aceptada por la sociedad. Esto fue un logro de la revolución tendencial.
Una inmoralidad demoníaca
John Lennon invitó a la prensa a fotografiar y filmar un acto conyugal con su pareja, Yoko Ono. Esto es totalmente coherente con la mentalidad hippie y la Revolución Cultural. Lo que debería ser íntimo, dado su nota prosaica, sórdida e indecorosa, los hippies lo practicaban abiertamente. Todo lo que era naturalmente privado para las generaciones anteriores, los Beatles lo hicieron público.
Esto confirma nuestra metáfora de que Lennon dispersaba la basura, difundiendo la suciedad y la fealdad. Exponer públicamente el aspecto horrible del acto sexual para acostumbrar a la opinión pública a la impureza extrema.
John Lennon invitó a la prensa a fotografiar y filmar un acto conyugal con su pareja, Yoko Ono. Esto es totalmente coherente con la mentalidad hippie y la Revolución Cultural. Lo que debería ser íntimo, dado su nota prosaica, sórdida e indecorosa, los hippies lo practicaban abiertamente. Todo lo que era naturalmente privado para las generaciones anteriores, los Beatles lo hicieron público.
Esto confirma nuestra metáfora de que Lennon dispersaba la basura, difundiendo la suciedad y la fealdad. Exponer públicamente el aspecto horrible del acto sexual para acostumbrar a la opinión pública a la impureza extrema.
El demonio se regocija con esta forma de exposición de la impureza. Imagínese lo que sería si demonio tuviese la libertad de hacer lo que quisiera en un magnífico edificio como el Vaticano o el palacio de Schonbrunn, en Austria. ¿Introduciría muebles nuevos y espléndidos? ¿Una hermosa flor o un magnífico cuadro? ¡No! El demonio es el enemigo de Dios y el enemigo del orden natural creado por Dios. Cuando se le da la libertad que perturba el orden, es esto lo que a él le gusta hacer. Propagar en la medida de lo posible lo horrendo, lo sucio y lo feo. Si pudiera, podría llenar los salones del Vaticano o el de Schonbrunn con basura, quemando y destruyendo todo lo que más pueda. Cuando los exorcistas obligan al demonio a dejar una huella de sí mismo para demostrar que estaba dentro del alma de una persona, normalmente quedan objetos rotos, jirones y quemaduras, como reflejo de que fue expulsado de dicha alma. Esto es coherente con su espíritu.
Posando para la prensa, Lennon haciendo el signo de Satanás. |
Si el demonio concibiera una revolución para nuestros días, sería exactamente igual a la revolución de los Beatles. Este pecado público, en mi opinión, es una expresión del mismo demonio. Es como si él le dijese al mundo: "Este es el estado de impureza que más me agrada. Estoy actuando a través de mi discípulo Lennon, y yo canto a través de su voz. Ahora, vengan a adorarme".
Nota:
El 12 de diciembre de 1980, cuatro días después de la muerte de John Lennon, Plinio Corrêa de Oliveira dio una charla en Sao Paulo, analizando la vida del músico. No hacía mucho tiempo, éste fue "absuelto" por haber afirmado que los Beatles eran "más populares" que Nuestro Señor Jesucristo.
La conferencia del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira fue tomada de
la transcripción del cassette, traducida y adaptada por Atila S. Guimarães.
Texto traducido al español por este blog.
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