El 6 de Agosto de 1875 fue asesinado el Dr. Gabriel García Moreno, hombre providencial, que sacó al Ecuador del caos político y lo liberó de la corrupción. Fue él un verdadero estadista y el gran e ilustre regenerador de la nación, reconocido esto también por políticos posteriores de afiliación contraria, pero que lo consideran salvador de la patria y consolidador de la nacionalidad ecuatoriana.
Teniendo muy claro que la Divina Providencia le había encargado la misión de liberar al país de la gangrena revolucionaria que estaba matándolo, se enfrentó a la secta masónica --de espíritu anticatólico por naturaleza propia-- sin temor alguno, y consiguió vencerla y expulsarla del Ecuador.
Nuestro Señor Jesucristo nos enseña que no hay que temer a los que matan el cuerpo, sino a los que matan el alma, y Gabriel García Moreno tenía definitivamente presente las postrimerías del hombre: muerte, juicio, cielo, infierno. Él era consciente de que a todos nos llegará el día de nuestra muerte.
Por su defensa de la primacía de los principios de la moral católica en la convivencia social y política, la masonería buscó matarlo a lo largo de unos veinte años.
En su labor de mandatario, recorría el país sin llevar escolta, poniendo toda su confianza en Dios; y afirmaba que mientras Dios quisiera servirse de él, no podrían matarlo.
Llegó el momento en que Dios nuestro Señor consideró que García Moreno ya había cumplido su misión y lo premió con la palma del martirio, tal como la Santísima Virgen del Buen Suceso se lo había revelado a la Madre Mariana de Jesús Torres (s. XVII), Abadesa del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, diagonal a la Plaza Grande. Su vida y su muerte generaron para el Ecuador un racimo de Santos.
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En nuestros días, el Ecuador ha caído en un estado mucho peor que aquél que tuvo que resolver García Moreno cuando intervino en la vida pública. La Patria del Sagrado Corazón (así denominada por ser la primera consagrada a Él) está en un proceso de desintegración; sus instituciones son cada vez más débiles y contaminadas; la corrupción ha infectado todas las esferas del país; la delincuencia campea, causando zozobra en la generalidad de la población; tan así es todo esto, que se podría pensar que nuestro país ha quedado reducido a un espacio de terreno en el que habitan personas que se encuentran muy desorientadas, atemorizadas, carentes de guía segura, como si se hubiese perdido la categoría de nación con instituciones sólidas. Hemos llegado a una hora crucial, como de vida o muerte, en que la nación se encuentra atacada por el mal y amenaza entrar en una vorágine incontrolable de violencia.
Haber vivido de espaldas a Dios ya nos puso en las garras de ideologías radicales de izquierda que pretenden, una vez más, apoderarse de nuestra Patria.
En estos momentos aciagos, debemos volvernos a Dios, amar su Ley y vivir según ella, e implorar al Cielo misericordia. Debemos practicar la forma de vida que agrada a Dios, hacer oración, hacer penitencia, suplicándole que tenga piedad de los ecuatorianos.
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Últimamente han sido asesinados varios líderes políticos. El más reciente crimen ocurrió el 9 de agosto. Su víctima fue Fernando Villavicencio, candidato presidencial que tenía alta probabilidad de ser electo. Él daba muestras de sencillez, sinceridad y valentía, y de rectitud de intención de llevar al país por la senda de la probidad. Era periodista de investigación, y con su trabajo denunció muchos casos de corrupción. Gracias a su labor, fueron llevados a prisión muchos altos cargos de gobierno por corrupción de alto calibre que mermó las arcas del Estado.
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En los siglos XVI y XVII, la Santísima Madre de Dios, en su advocación de María Santísima del Buen Suceso, se le apareció a la Madre Mariana de Jesús Torres, Abadesa del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, y le hizo muchas revelaciones. Entre ellas, le dijo que estas tierras dejarían de ser colonia y serían una república libre con el nombre de Ecuador, la que necesitaría de almas heroicas para sustentarse en medio de tantas calamidades morales y físicas, públicas y privadas.
Levantemos, pues, nuestra mirada al Cielo e implorémosle a Ella que nos proteja de rodar de nuevo en dirección al comunismo.
Sagrado Corazón de Jesús,
en Vos confío
Iniciativa Apostólica El Inmaculado Corazón de María triunfará
Agosto 18 de 2023
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