Vitral en Paray le Monial. El Corazon de Jesús apareciendo a Santa Margarita María Alocoque |
San Afonso María de Ligorio, con su autoridad de Doctor de la Iglesia, la califica como la "más bella y la más sólida de las devociones". Los Pontífices Romanos no sustentan opinión diferente. Pio IX (18461878) afirmó que "esta devoción curará todos nuestros males y que la Iglesia y la sociedad no tienen otra esperanza sino en ella". León XIII (1878-1903) expresó la misma convicción, comparándola con la aparición de la Cruz a Constantino en el año 312, en una situación desesperante, lo que determinó su conversión, el final de la era de las persecuciones y el inicio de siglos de esplendor para la Iglesia. "En los tiempos más remotos del Cristianismo - dice León XIII -, cuando sobre la Iglesia pesaba el yugo de los Césares, apareció la Cruz en el Cielo a un joven Emperador, y esa fue la causa y el indício del triunfo total. Pero también ante nuestros ojos brilla, con esta otra devoción, una nueva señal divina de victoria. En ella colocamos todas nuestras esperanzas y es de ella que debemos esperar la salvación". Pio XI y Pio XII hicieron suyas estas enseñanzas de León XIII, reafirmando así la importancia de tal devoción para la piedad y, además, para la comprensión de la Historia de la Iglesia en los Tiempos Modernos.
Fue practicada por personas piadosas a lo largo de la Historia de la Iglesia, tomó características nuevas y ganó extraordinaria fuerza de expansión a partir de las revelaciones de Nuestro Señor a Santa Margarita María Alacoque (1647 -1690), religiosa del convento de la Visitación en Paray-Le-Monial, pequeña y encantadora ciudad afincada en el centro de Francia, en las márgenes del río Bourbince. La difusión de tal devoción provocó, ya en sus inicios, reacciones furibundas de jansenistas, deístas, racionalistas, además de ciertos sectores de eclesiásticos y seglares que, en una especie de frente común, intentaron por varios medios, desde el ridículo hasta la calumnia, erradicarla de la piedad de los fieles.
La Última Cena. Giotto |
Su inicio se dio en vida del propio Nuestro Señor Jesucristo, en medio de los instantes sublimes que marcarían sus últimos días entre los hombres. Los apóstoles reunidos en torno de Él, escuchaban en la Última Cena las divinas palabras que anunciaban su muerte que estaba próxima, - y con ella la Redención del mundo -, y la fundación de la Santa Iglesia. En esos momentos el Apóstol San Juan, reclinaba su cabeza en el Pecho adorable del Redentor, escuchando los latidos de su Corazón: nacía de ese modo, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Desde el inicio de sus apariciones, la devoción al Cor Iesu Sacratissimae se mostró como algo muy cercano al reinado material de Nuestro Señor Jesucristo sobre todos los pueblos de la tierra. Es por eso que, apenas iniciada, Él mismo le pidió al gran monarca Luis XIV que acoja esta devoción y la coloque en el centro de su fastuosa corte, donde debia recibir la veneración y homenajes del Reino de Francia, entonces la nación más pujante y poderosa de Occidente.
Lastimosamente, la Francia de Luis XIV no escuchó este pedido...
Ciento ochenta y cuatro años tuvieron que pasar para que una pequeña república, aún en formación, y bajo el liderazgo del Dr. Gabriel García Moreno, acogiera y tomara como propia la idea de entregar toda la nación a la protección del Sagrado Corazón de Jesús. Ese dichoso país fue el Ecuador.
Don Gabriel García Moreno y la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús |
La Consagración del Ecuador al Corazón de Jesús, fue la primera en el mundo y fue profetizada por Nuestra Señora del Buen Suceso a la Madre Mariana de Jesús Torres, en el año de 1589, en su segunda aparición en el Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito. Además, dio la pauta para que después otras naciones lo hicieran también.
“En el siglo 19...
un Presidente
de veras cristiano...
consagrará la República
al Divino Corazón
de mi Amantísimo Hijo,
y esta consagración sostendrá
la Religión Católica
en los años posteriores,
los cuales serán aciagos
para la Iglesia”.
Dios siempre prepara sus escenarios por medio del sufrimiento y la humillación
Hay un hecho realmente maravilloso, que nos demuestra la predilección del Corazón de Jesús para con este país "Sagrario de América", así como también los intentos de las fuerzas del mal para destruirlo.
Repasemos antes un poco la historia de los primeros años del Monasterio Real de la Inmaculada Concepción de Quito.
Quince años después de su fundación, acontecida en 1577, fue elegida por votación como segunda Abadesa, Sor Mariana de Jesús Torres en 1592, como consecuencia de una grave enfermedad de su tia, la primera Priora y fundadora del Convento, la Venerable Madre María de Jesús Taboada, quién falleció al año siguiente, en 1593, a los 49 años de edad.
La Madre Mariana gobernó durante su primer trienio a la testa del monasterio, con mucho tino, prudencia y caridad, como sería capaz de hacerlo una Abadesa de madura experiencia. Esta joven religiosa - tenía 29 años - había recibido el don de gobernar directamente de Dios y de su Madre Inmaculada. Prácticamente Jesús y María gobernaban el convento tan querido de la Bondad divina desde mucho tiempo antes de su fundacion, como lo detallaremos dentro de poco, y que siempre fue y será perseguido y calumniado hasta la consumación de los siglos.
Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito |
Cuando llegó el momento de elegir a la Abadesa para un nuevo periodo, todo indicaba que se daria la reelección de la Madre Mariana, quien gobernaba el monasterio sapiencialmente, con la fortaleza necesaria para mantener la observancia rigurosa de la regla.
Pero eso provocaba la envidia y el orgullo de ciertas religiosas nativas, o criollas, quienes luego de un proceso de relajamiento interior, y de decadencia progresiva en la práctica de la vida monástica, decidieron no cumplir más con la regla del convento, a la que consideraban muy rígida. La rebelión contra la autoridad, ostentanda en esos momentos por la Madre Mariana y las demás fundadoras españolas, había comenzado, y tomó más cuerpo a raíz de la elección de otra religiosa como nueva Abadesa.
Con esta nueva Priora, débil de carácter y condescendiente con las rebeldes, la observancia de la regla comenzó a decaer, desapareció el silencio estricto, y se cometieron deslices en materia de clausura. En una palabra, comenzó el relajamiento de la perfección monástica.
La Madre Mariana, viendo la situación tan dolorosa del convento que había fundado, pidió a su Superiora que frene las inobservancias. Pero ésta, a instancias de las insubordinadas, abusando de su poder, y con la anuencia del Obispo, mandó a encarcerlar por un mes, a la santa española junto con las demás Madres fundadoras y con las monjas fieles a la observancia, en una improvisada prisión cerca del coro inferior. Fueron veinticinco en total las prisioneras, acusadas vilmente de provocar la división en la Comunidad.
La Madre Mariana recluida en la prisión |
En dicho sitio, lúgubre y húmedo, fueron expuestas las cautivas a toda clase de humillaciones. Las monjas revolucionarias les quitaban el velo a la fuerza, las flagelaban, les daban de comer en el piso, y las ofendían con mofas e improperios.
Sufriendo tanta vejación, las inocentes recluidas rezaban en recogimiento, haciendo de la cárcel la antesala del Cielo, al mismo tiempo que las rebeladas las atormentaban con calumnias e insultos. Las esposas amantes del Cordero, imitaban en la prisión a su Divino Modelo, y con sacrificios, penitencias y oraciones, vida de continua inmolación, aplacaban la Justicia Divina, irritada por tantos crímenes que se cometían en el mundo, y por los relajamientos en el monasterio.
Ante las injusticias de las Autoridades eclesiástica y monacal, la Madre Mariana llegó incluso a pedir los pasaportes de todas las españolas para regresar a su patria, llevando con ellas los restos de la Madre María Taboada, y declarar cerrado el monasterio. Recibió incluso el ofrecimiento de un canónigo, de llevarlas al Norte y allí obsequiarles el mejor de sus terrenos para la edificación de un nuevo convento, prometiendo proveerlas de todo lo necesario. Pero Dios Nuestro Señor había destinado una vocación grandiosa, como ya lo anticipamos, para ese lugar y para sus fundadoras, desde mucho tiempo atrás.
Cuerpos incorruptos de la Madre María Taboada y de otras fundadoras del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito |
Por eso mismo, la cárcel oscura fue visitada y santificada con la presencia del propio Dios, de su Bendita Madre, la Inmaculada Concepción, de San Francisco de Asís, y del Apóstol San Juan, quienes prodigaron con apariciones y revelaciones a todas y cada una de las santas fundadoras.
En el presente artículo nos ocuparemos de la aparición del Apóstol del Amor.
Durante la Última Cena, cuando San Juan Evangelista escuchó latir el Corazón de Jesús, Nuestro Señor pensó en el Ecuador.
“Habrá profanaciones
de la sagrada Eucaristía!
¡Muchas veces, en esa época,
los enemigos de Jesucristo,
instigados por el demonio,
robarán en las ciudades
las Hostias Consagradas,
con el único fin de profanar
las Especies Eucarísticas!
¡Mi Hijo Santísimo
será arrojado al suelo
y pisoteado por pies inmundos"
Luego de que Nuestro Señor, la Santísima Virgen y San Francisco aparecieran a la Madre Mariana y a algunas de las fundadoras, otra de ellas, la Madre Magdalena de San Juan, vio al Evangelista San Juan, quien, amable y risueño, quería hablar con ella y contarle algo extraordinario.
Nuestro Señor y San Juan Evangelista en la Última Cena. Giotto. |
Le reveló que en la noche de la Última Cena, cuando había reclinado su cabeza en el Pecho de su Maestro, Nuestro Señor le dio a conocer varios secretos guardados en su Sagrado Corazón; uno de ellos fue el de la fundación del Monasterio que Él tanto amaba: el de la Inmaculada Concepción de Quito.
San Juan conoció también que en ese sitio tan bendito, habría almas eucarísticas que tomarían sobre sí, la reparación de los sacrilegios cometidos contra la Víctima Divina.
San Juan conoció también que en ese sitio tan bendito, habría almas eucarísticas que tomarían sobre sí, la reparación de los sacrilegios cometidos contra la Víctima Divina.
Como parte de ese secreto, la Madre Magdalena pudo ver el sacrilegio enorme que se cometería en la ciudad de Riobamba. La que sería entonces República del Ecuador - 1830 años después de la Muerte de Nuestro Señor - le fue presentada como el Calvario, y la ciudad de Riobamba, como el Gólgota, donde expiaba la Víctima Eucarística, en las violencias del doloroso amor, bajo los inmundos pies de hijos desnaturalizados, que daban muerte cruel e ignominiosa a un sacerdote, cuya hermosa alma, entraba inmediatamente en el Cielo, sin pasar por el Purgatorio, momentos antes de que terminaran en la tierra, las profanaciones eucarísticas que le siguieron a su martirio.1
La religiosa pudo ver también que en ese mismo día, alguien se paseaba por las calles de Riobamba, y que al ser preguntado por amigos cómo estaba, les respondió con descaro: "Muy bien, pues pasé la noche más entretenida de mi vida agarrando curas". Y continuando su camino, al pasar delante de una construcción, una viga le cayó en la cabeza, matándolo en el acto, llendo su desgraciada alma al infierno.
La Madre Magdalena contempló de igual manera los actos de reparación que hacían las personas simples del pueblo. Vio también a sus hermanas religiosas del Monasterio Concepcionista de Riobamba (fundado en 1605), así como todas las oraciones, desagravios y lágrimas que vertían las esposas del Cordero sin mancha, en los silenciosos muros de dicho claustro. Dichas reparaciones subían al Cielo como el humo del incienso, en la soledad de un templo, aplacando la ira del Señor. El día era muy triste, llovía, y la naturaleza lloraba el sacrilegio sin nombre que sufría su Creador.
El Beato, Padre Emilio Moscoso, SJ muerto por las tropas liberales |
El Apóstol le reveló que Dios, de algún modo se valió de ese sacrilegio público, para reparar las muchas profanaciones ocultas de las que era víctima la Sagrada Eucaristía.
La Madre Magdalena conoció que el Convento de Quito, era el sitio destinado por el Corazón de Jesús, para desagraviar el sacrilegio del 4 de mayo de 1897 y los posteriores. Vio entonces todas las penitencias y actos públicos de humildad que las religiosas del monasterio harían y cómo con esto muchas faltas serían perdonadas. "Quien me diera -decía ella- poder vivir en esos tiempos, para unirme a mis hermanas, y tomar parte activa y personal con ellas, en esos actos de reparación".
Monasterio de la Inmaculada Concepción de Riobamba |
Conoció de igual forma, que de no haberse dado tales reparaciones, un gran castigo hubiese caído sobre la culpable República del Ecuador, la cual habría sucumbido ante una terrible inundación, a no ser por los sacrificios de las vírgenes del Monasterio de la Inmaculada Concepción.
Con seguridad, las Madres conceptas, reparan actualmente las innumerables ofensas cometidas contra la Sagrada Eucaristía: comuniones en pecado mortal, con ropas indecentes, en un mundo que ha perdido la brújula y la noción del bien y del mal. A esto añadimos formas actuales de distribución de las Hostias sagradas, que no pocas veces desembocan infelizmente en el robo sacrílego de ellas para ritos satánicos.
Fuentes:
- catolicismo.com.br
- circulo-pio-ix.org
- Padre Manuel de Souza Pereira, Vida admirable de la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres.
- circulo-pio-ix.org
- Padre Manuel de Souza Pereira, Vida admirable de la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres.
1. El 4 de mayo de 1897 las tropas liberales irrumpieron en el colegio de San Felipe Neri de la ciudad de Riobamba, violentaron el Sagrario, y tirando al piso las hostias consagradas, hicieron que sus caballos las pisoteen. El padre jesuita Emilio Moscoso, rector del colegio desde 1893, salió en defensa de la Sagrada Eucaristía, y por ello fue martirizado.
El Beato Padre Emilio Moscoso, SJ. Mártir de la Eucaristía |
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