Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará









NOVENA

A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL BUEN SUCESO

PRIMER DÍA 

Oración inicial para todos los días.

Oh!, Santísima Virgen María, Reina y Madre del Buen Suceso, que te dignaste manifestar a través de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres, benemérita fundadora del Monasterio de La Inmaculada Concepción de Quito, la incomparable ternura de Vuestro Inmaculado Corazón, dejándonos maternales mensajes de salvación y regeneración.

Confiados y agradecidos de las inagotables bondades de Vuestra Misericordia, venimos a Vuestras Plantas para rendiros el tributo de nuestro amor y veneración.

Haced que vuestras palabras nos otorguen orientación y seguridad en medio de la actual confusión de los espíritus, para convertirnos en hijos fieles de la Santa Iglesia, dignándote alcanzarnos Buenos Sucesos para salvación de nuestras almas y de Vuestro querido Ecuador. Así Sea.

Preparación por los Ángeles.

En medio de oraciones y penitencias, el corazón de la Madre Mariana de Jesús Torres, se inundó de santa alegría, de nuevos transportes de amor, de deseos ardorosos del Cielo y de sufrir mucho más por su Divino Esposo.

El Arcángel San Gabriel, iluminándola con un rayo de luz, le anunciaba la inmediata presencia de la Reina de la Creación.

El Arcángel San Miguel fortalecía su débil corazón y lo ensanchaba para los más atrevidos emprendimientos  para la Gloria de Dios, de su Bendita Madre, y de su Comunidad.

Finalmente, el Arcángel San Rafael le aclaraba la mente, purificando su alma y preparándola para tratar íntimamente con la Soberana Reina.

¡Oh, Reina de los Ángeles, Madre insondablemente misericordiosa!  También nosotros queremos recibir la visita de los Arcángeles, para que ellos establezcan en nosotros la entrega total a Vuestros designios, nos conviertan en Vuestros auténticos y perfectos hijos, y nos ayuden a divulgar Vuestras Palabras por todo el mundo.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración Final para todos los días.

¡Oh, Señora del Buen Suceso, que con mirada de predilección consideráis al Ecuador!

Atended a la tristeza de los días que atravesamos, caracterizados por la entera confusión de los espíritus.

Nuestros corazones se vuelven hacia el Vuestro en la búsqueda de una luz, una ayuda, un aliento.

Que todos nos empeñemos más que nunca en invocaros como Madre del Buen Suceso, con la esperanza de que así apresuréis para nosotros, perturbados y confundidos, el Camino de Luz que nos conduzca, en medio de las tinieblas, a Vuestro Divino y Adorado Hijo. Así Sea.

MAGNÍFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.

Su Nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.  

Él hace proezas con Su Brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de Su Misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

V/. Ave María Purísima 
R/. Sin pecado concebida


SEGUNDO DÍA 

Oración para todos los días...

¡Soy María del Buen Suceso!
Un buen suceso se obtiene cada vez que, luego de una ardua labor, transformamos las cosas difíciles en los resultados esperados.

A lo largo de cuatrocientos años, la Madre de Dios en su advocación prodigiosísima de Nuestra Señora del Buen Suceso, ha sido fiel refugio en las mayores necesidades y ha obtenido señalados portentos y especiales gracias para el pueblo ecuatoriano.

El Ecuador y el mundo, entregados hoy al banquete de las pasiones, extraviados en la noche oscura del error y navegando en los días trágicos del naufragio de los principios de la Santa Iglesia, tendrán como sustento en la Fe, como último rayo  de esperanza, precisamente a la Santísima Virgen del Buen Suceso.

Es Ella la Reina y Soberana de la República del Ecuador, la cual, regida siempre bajo su cetro y báculo pastoral, se salvará moralmente bajo la égida de tal Gobernadora.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres. 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V:   Santísima Virgen de El Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración final para todos los días y Magníficat

TERCER DÍA 

Oración inicial para todos los días...

Bastión de Salvación y Salvaguarda de la Fe. 


Era la Voluntad de Dios que se mandara a esculpir una estatua que representara las apariciones de Nuestra Señora del Buen Suceso a la Madre Mariana de Jesús Torres

Sería dicha prodigiosa Imagen, trabajada por el misterio de los Ángeles, estímulo de agradecimiento perpetuo, de atención en el rezo, de perfección en la obediencia, de firmeza en la Fe y de ardoroso amor para con María Santísima.

Procuremos corresponder a este amor y caridad tan tiernos de la Madre de Dios para con nosotros los ecuatorianos; amémosla con mayor vehemencia cada día, hagámonos dignos de nuevos favores de parte de Ella.

Frecuentemos su templo como el lugar de la cita de los hijos de María en este siglo, para tener sus confidencias con nosotros, asegurándonos un éxito feliz en nuestras peticiones y plegarias, ya que con su nombre de Nuestra Señora del Buen Suceso, quiso la Virgen darnos a entender que nuestras súplicas tendrán el resultado apetecido, obteniendo en nuestras actividades y gestiones siempre buenos sucesos bajo su maternal Bendición.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.


Oración final para todos los días y Magníficat 


CUARTO DÍA 

Oración inicial para todos los días...

Madre de las Misericordias.
La Diestra Omnipotente de la Providencia Divina es manejada por las Manos piadosas de la Virgen Inmaculada.

Providencia significa prever y proveer.

Conocer las necesidades de los hijos y darles satisfacción, es para un padre, prever y proveer.

Saber las debilidades de la naturaleza humana, sus tentaciones y caídas, crear todo un cuerpo de leyes, todo un tesoro de Gracias, es para la Iglesia, prever y proveer.

La intervención de María Santísima en el Ecuador de nuestros días tiene el valor de un milagro de la Providencia, pues María Santísima, en su advocación de Reina y Madre del Buen Suceso, ha querido ser conocida y honrada desde mediados del siglo XX y no en los siglos anteriores, seguramente porque nuestros siglos necesitan más de Ella que los ya transcurridos.

En efecto, si la patria ecuatoriana, cercada de enemigos, entregada al carnaval de las pasiones, es condenada a una horrible soledad en horas enteramente trágicas, se presenta Ella como último rayo de esperanza y se nombra María del Buen Suceso.

El 27 de julio de 1941, su Imagen venerable, hechura de los ángeles, elevó sus Ojos al Cielo, los paseó por los ámbitos de su templo y los dejó ver por miles de personas.

La Virgen nos miraba con ternura y compasión por ser la primera nación en el mundo consagrada al Sagrado Corazón de Jesús.

Pidámosle que hoy, cuando asistimos al apagarse de la luz preciosa de la Fe en las almas, nos cubra y nos bendiga con sus Ojos misericordiosos.

¡Oh, Señora del Buen Suceso! Cobíjanos bajo el amparo del manto blanquísimo de Vuestra Misericordia.

No nos deseches jamás de Vuestro lado, y que los pliegues de dicho Manto sean para nosotros como un pabellón que nos ponga a cubierto de la Santa Ira de Dios.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración final para todos los días y Magníficat 


QUINTO DÍA 

Oración inicial para todos los días...

Aplacadora de la Justicia Divina.
De la Ira de Dios nos esconde, y Le grita al sonar la explosión, “¡Son mis hijos, piedad!”, y Él responde: “Son sus hijos… piedad y perdón”.

¡Qué hubiera sido de la humanidad sin la protección maternal de María!  Tal vez ya hubiera desaparecido.
Para que eso no ocurriera, Jesús dejó el mundo en manos de María.
Hoy, entre nosotros, se pasean triunfantes las modas obscenas y provocativas, la codicia, el indiferentismo religioso, que han convertido al hombre actual en descreído y contrario a Dios.

Vista nuestra hecatombe moral que merece todos los flagelos y castigos que Dios lanza sobre las naciones culpables, ¿quién nos podrá librar de esa sanción divina que, cada día más, parece inevitable y desgarradora?
De esa sanción justísima sólo nos puede salvar María Santísima, pero para que su protección se haga sentir en nuestra República, debemos corregir  nuestras costumbres desarregladas y hacer penitencia.
Así el Cordero sin mancha cambiará en bendiciones la sentencia de perdición.

Con tal fin, vengan la modestia y el pudor en la mujer y lávense los pecados con las aguas de la contrición en el tribunal de la confesión sacramental.

Sólo así, puros de corazón, podremos sobrellevar la prueba o castigo que merecemos por nuestras culpas, anunciado por María del Buen Suceso a su sierva la Madre Mariana de Jesús Torres.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración final para todos los días y Magníficat 


SEXTO DIA

Oración inicial para todos los días..

Nuestra Señora de la Purificación. 


María Santísima se dirige a casa de su prima Santa Isabel para purificar y santificar al precursor de su Divino Hijo; y para prestar sus servicios a Isabel, en las horas difíciles de su alumbramiento.

Purificar y consolar, he ahí la misión de María como Corredentora de la humanidad.  Y he ahí también la misión de María Santísima del Buen Suceso: purificar nuestras almas y endulzar las horas amargas de nuestra existencia.

El mundo moral en que vivimos es una inmundicia que persigue a la virtud sin tregua.

La virtud limpia, el mundo mancha.  La virtud eleva, el mundo degrada.  La virtud nos hace mirar al Cielo, el mundo quiere que no levantemos nuestros ojos de las criaturas. En este mundo azotado por el hedonismo, son raras las almas que nacen para odiar al pecado y amar sólo lo santo, lo celestial, lo infinito... a Dios.
Y aún estas almas dedicadas a la virtud, si no se preocupan de mantener encendida la lámpara de la oración, terminarán a oscuras y serán arrastradas por la miseria humana.

Entonces Jesús nos envía a su Madre Santísima, María del Buen Suceso, ante Quien los tibios vuelven a la oración y los pecadores reforman su vida, lavan sus conciencias y agradan a Dios con fervorosas comuniones.

¡Es El Buen Suceso de la salvación de las almas!

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración final para todos los días y Magníficat 


SÉPTIMO DÍA 


Oración inicial para todos los días...

El Niño de la Cruz.

Y Jesús crecía en sabiduría y en edad, y en gracia delante de Dios y de los hombres.  (Lucas 2: 52)

Capullo hermosísimo y adorable, el Niño Jesús del Pichincha nos presenta a Jesús en los albores de su juventud.

Quiso Su Madre, la Reina del Buen Suceso, que la adolescencia de su Santísimo Hijo sea honrada en el Ecuador, tal vez el primer país en el mundo en tener tal honor.

Porque a Jesús se le había honrado en su infancia, en su apostolado, en su pasión y en su resurrección, pero no en su temprana juventud.

Joven Dios, Rey y Hombre... la tierna sonrisa de su faz embarga de amor y deleita suavísimamente el alma.

Es al Divino Corazón de este hermoso Niño, Quien sobre el monte Pichincha quiso beber el cáliz amargo de la crucifixión por los pecados del Ecuador, al que dos siglos después se consagraría nuestra nación, como nuestra Madre del Buen Suceso nos anunciara.

Amemos al Niño Jesús del Pichincha, amemos a Nuestra Señora del Buen Suceso, honrémoslos de corazón, pues Ellos, un día no muy lejano, salvarán al Ecuador como nos lo han revelado.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración final para todos los días y Magníficat


OCTAVO DÍA 

Oración inicial para todos los días...



La reina destronada

Imaginemos una hermosa reina que, con delicadeza y bondad incomparables, gobierna pacíficamente su pueblo que se inclina encantado y reverente ante su cetro maternal.

Un día, impulsados por la miseria humana, súbditos suyos se rebelan en su contra.  Invaden el palacio entre alaridos e improperios, llegando hasta la misma sala del trono, para destronarla.
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La reina los aguarda de pie, majestuosa, luciendo su corona, su cetro y su manto real.  Ella decide enfrentar al adversario que avanza amenazante y que entra derrumbando las puertas.

La sala está llena de vasallos fieles a la reina, la cual  espera que, al menos ese puñado de siervos leales la defienda, pero ellos permanecen de brazos cruzados, unos por miedo, otros por cansancio.

El adversario se acerca y ata a la reina con cuerdas, inmovilizándola, con el fin de arrastrarla.

La reina, con la boca vendada, implora con la mirada a sus cortesanos que se levanten, que reaccionen, que protesten.

En el extremo de la maldad, uno de los bandidos arremete contra la infeliz soberana, queriendo derrumbarla.

Tamaña infamia produce la indignación de algunos buenos, quienes por fin se levantan y proclaman: “¡Esto no! ¡Esto no lo permitiremos!”, y se lanzan en defensa de la reina, quien es liberada.
Ella, agradecida con los vasallos fieles que la salvaron en la hora suprema del peligro, se extrema en prodigarles su afecto maternal y las recompensas más espléndidas, que ellos jamás soñaron.

Esta metáfora resume la actual situación del mundo con relación a María Santísima.

El mal ha inundado la tierra, y el culto y las expresiones de gloria que se le tributaban universalmente a María están reducidos a pequeños grupos aislados de fieles.

La Reina está siendo ultrajada ante la mirada impávida de la humanidad.
¡Levantémonos, nosotros sus hijos, defendámosla y proclamémosla Bienaventurada!
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración final para todos los días y Magníficat 


NOVENO DÍA

Oración inicial para todos los días...

Reina de las Victorias, Reina del Ecuador. 


Desde su primera aparición como María del Buen Suceso, la Santísima Virgen se proclamó Reina de las Victorias, la que habrá de reprimir y vencer las insidias del demonio y sus secuaces, causantes del relajamiento escandaloso de las costumbres y de la extinción de la luz preciosa de la Fe en las almas, llegando al punto que, al parecer humano, todo estaría perdido y paralizado.

María del Buen Suceso anunció también que, en medio de la terrible prueba para quienes conserven el culto de la Fe, de un modo asombroso, 

Ella obtendrá la más sublime de las victorias sobre Satanás, aplastándolo y encadenándolo en los infiernos, inaugurando así la era triunfal de su Inmaculado Corazón y de la Santa Iglesia Católica.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen del Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.

V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración final para todos los días y Magníficat 

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