Para atraer la Divina Misericordia, Nuestro Señor pidió a Sor Faustina crucificada que difundiera esta devoción. Le reveló para este fin un rosario o corona especial, y pidió la institución de su solemne fiesta litúrgica el primer domingo después de Pascua.
También mandó a pintar un cuadro de la Divina Misericordia, y por medio de tal devoción infundiría las gracias que le son específicas.
La santa escribiría en su Diario lo manifestado por Nuestro Señor a este respecto:
"Las llamas de la misericordia me devoraron. Quiero derramarla sobre las almas de los hombres.
"Entonces Jesús se quejó conmigo y dijo:
— La desconfianza de las almas me desgarra las entrañas. La desconfianza de las almas elegidas me duele aún más. A pesar de Mi amor inagotable, no confían en Mí. Ni siquiera mi muerte fue suficiente para ellos. ¡Ay de las almas que abusan de ella!
"(...) Cuando quise deshacerme de estas inspiraciones interiores, continuó Santa Faustina, Dios me dijo que en el día del Juicio se me pediría cuenta de un gran número de almas" (págs. 26-27).
El infierno se desata contra el Cuadro
La imagen terminó siendo hecha a petición de Nuestro Señor.
El cuadro aprobado – al que se unen las promesas de Nuestro Señor – fue pintado por Eugenio Kazimirowski en junio de 1934.
Desde el 3 de abril de 1937 fue expuesto a la veneración en la Iglesia de San Miguel, en Vilna, hoy capital de Lituania y que hasta 1939 formaba parte de Polonia.
En 1948 el régimen comunista clausuró esta iglesia, por lo que la pintura fue llevada a la parroquia de Nowa Ruda en donde permaneció entre 1949 y 1986, año en que el comunismo transformó la iglesia en un depósito estatal.
Luego de eso, la pintura, tan perseguida por el comunismo, regresó a Vilna, esta vez a la Iglesia del Espíritu Santo.
Esta iglesia fue renovada en 2003 y promovida a Santuario de la Divina Misericordia.
En 1943 (Santa Faustina murió en 1938), las monjas encargaron al pintor Luvov Stanislao Batowski un nuevo cuadro que poco después fue devorado por un incendio, por lo que le pidieron hacer otro.
Por su parte, y a modo de promesa, el pintor Adolfo Hyla también pintó un nuevo cuadro que fue elegido por el arzobispo de Cracovia para ser venerado en la capilla de la Congregación, en Cracovia, ubicada en la calle Faustyny S. 3. La imagen es conocida como "Jesús, en ti confío".
Santuario de la Divina Misericordia, Cracovia, Polonia. En primer plano, urna de mármol blanco con restos de Santa Faustina. |
Misericordia falsa: camino de concesiones y pactos con el mundo que conducen al infierno
Nuestro Señor hizo a través de Santa Faustina impresionantes advertencias que no tenían otro objetivo que sensibilizar a las almas para implorar la Divina Misericordia que brota de su Sacratísimo Corazón y que no queremos aprovechar.
Jesucristo le manifestó que a través de ella revelaría los tesoros insondables de su Misericordia y rescataría a los hombres del mal camino.
Para comprender la inmensa importancia de la devoción a la Divina Misericordia, Dios quiso que Santa Faustina fuera su transmisora.
Pero la Divina Misericordia no encuentra eco en las almas debido a sus innumerables deformaciones o defectos, especialmente en las que Él más ama y que deberían beneficiarse de ella.
Además del pecado en su esencia, existe un obstáculo insidioso y muy dañino para la salud espiritual de los hombres: la distorsión del concepto mismo de misericordia y su aplicación al apostolado.
El gran doctor de la moral católica, san Alfonso María de Ligorio, escribió sobre este abuso de la misericordia que hoy por desgracia trata de difundirse con varios sofismas:
"Puede ser que haya alguno entre vosotros, hermanos míos, que se encuentre con el alma llena de pecados y que, lejos de pensar en librarse de ellos por la confesión y la penitencia, no cesa de cometer nuevos pecados, sobrecargándose de estos aún más.
"Esta alma ciertamente abusa de la misericordia divina, pues nuestro tan buen Dios permite vivir a este pecador para que él se convierta y, en consecuencia, para que escape de la desgracia de perder su alma". (Sermons by S. Alphonse de Liguori, Analyses, commentaires, exposé du système de sa predication, par le RP Basile Braeckman, de la Congrégation du TS Rédempteur, Tome Second. Jules de Meester-Imprimeur-Éditeur, Roulers, pp. 55- 60, apud Revista Catolicismo, número 572, agosto/1998, página 37).
Tratando engañosamente de facilitar la práctica de la moral, la misericordia manipulada con abuso tiene como objetivo poner las costumbres católicas más a tono con el mundo pecaminoso.
La doctrina moderna gustaría de presentar la religión como no es: como un camino cubierto de flores y facilidades para pecadores empedernidos pero engañados. De hecho, hacerlo los conduce anestesiados a la condenación eterna.
Caminos que llevan al infierno y al cielo
Pero Nuestro Señor le hizo ver a Santa Faustina el error de este falso camino para que ella lo denuncie abiertamente.
Al respecto la santa escribió:
"Un día vi dos caminos: un camino ancho, cubierto de arena y flores, lleno de alegría, música y diversos pasatiempos.
"Muchos andaban por este camino bailando y divirtiéndose. Y así llegan al final sin darse cuenta de que todo acabó.
"Al final de ese camino había un precipicio espantoso, esto es, el abismo del infierno. Las almas cayeron ciegamente en esa vorágine y tan pronto como llegaban se precipitaban en lo más profundo.
"Y era un número tan grande que era imposible contarlos.
"Y vi otro camino, o más bien un sendero, porque era angosto y lleno de espinos y piedras, y la gente que lo recorría tenía lágrimas en los ojos y se llenaba de dolor.
"Algunos caían sobre las piedras, pero se levantaban de inmediato y seguían adelante.
"Y al final del camino había un jardín estupendo lleno de toda forma de felicidad y todas estas almas entraron en él e inmediatamente, desde el primer momento, se olvidaron de su dolor" (páginas 82-83).
Sobre la Justicia, inseparable de la Misericordia
El 1 de noviembre de 1937, luego de las Vísperas, las monjas del Convento realizaron la acostumbrada procesión hasta el cementerio para visitar y rezar ante el sepulcro de las hermanas difuntas.
Santa Faustina cuenta:
“No pude ir porque estaba sirviendo como portera, pero eso no me impidió orar por esas queridas almas.
“Cuando la procesión del cementerio volvió a la capilla, sentí en mi interior la presencia de muchas almas. Comprendí la gran justicia de Dios y cómo cada uno tiene que pagar cada centavo”.
Continúa en el siguiente artículo El Mensaje de la Divina Misericordia: una denuncia del deplorable estado moral del mundo, en los ámbitos civil y eclesiástico.
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