El Papa Pío XI, en su Encíclica Divini Redemptoris, proclamó en 1937:
"El socialismo, ya se considere como doctrina, ya como hecho histórico, ya como «acción»,... es incompatible con los dogmas de la Iglesia católica, porque su manera de concebir la sociedad se opone diametralmente a la verdad cristiana".
El estudio del socialismo pone de manifiesto la completa incompatibilidad entre esta ideología y la doctrina de la Iglesia. Esto explica por qué ha sido firmemente condenado por todos los Papas desde que comenzó a adquirir una importancia particular durante el pontificado de Pío IX (el "Manifiesto Comunista" de Marx y Engels se publicó en 1848).
Sin embargo, en los días actuales, no pocos parecen ignorar que el socialismo es condenado por la Iglesia. Otros piensan que la enseñanza de la Iglesia sobre el socialismo ha cambiado.
Por tal razón, nos pareció útil un publicar una compilación de textos papales, comenzando con Pío IX y terminando con Benedicto XVI. Como se verá, los pronunciamientos pontificios contra el socialismo son muy numerosos, claros y consistentes.
Veamos el pensamiento de los Papas condenando el socialismo.
PIO IX (1846-1878):
"Trastorno absoluto de toda el orden humano"
"Pero tampoco ignoráis, Venerables Hermanos, que los principales autores de esta tan abominable intriga, no se proponen otra cosa que impulsar a los pueblos, agitados ya con todo viento de perversas doctrinas, al trastorno de todo orden humano de las cosas, y a entregarlos a los nefandos sistemas del nuevo Socialismo y del Comunismo".
León XIII (1878-1903):
"Monstruo horrible"
"Comunismo", "socialismo", "nihilismo", monstruos horrendos que son la vergüenza de la sociedad y que amenazan con ser su muerte".
"Ruina de todas las instituciones"
"Porque, quitado el temor de Dios y el respeto a las leyes divinas, menospreciada la autoridad de los príncipes, consentida y legitimada la manía de las revoluciones, sueltas con la mayor licencia las pasiones populares, sin otro freno que el castigo, ha de seguirse necesariamente la subversión universal y la ruina de todas las instituciones. Y aun precisamente esta ruina y trastorno, es lo que a conciencia maquinan y expresamente proclaman unidas las asociaciones comunistas y socialistas.
Secta destructora de la sociedad civil
"... que Nos hablamos de aquella secta de hombres que, bajo diversos y casi bárbaros nombres de socialistas, comunistas o nihilistas, esparcidos por todo el orbe, y estrechamente coligados entre sí por inicua federación, ya no buscan su defensa en las tinieblas de sus ocultas reuniones, sino que, saliendo a pública luz, confiados y a cara descubierta, se empeñan en llevar a cabo el plan, que tiempo ha concibieron, de trastornar los fundamentos de toda sociedad civil. Estos son ciertamente los que, según atestiguan las divinas páginas, mancillan la carne, desprecian la dominación y blasfeman de la majestad (Jud. 8)".
Una secta pestilente
"… todos saben con qué gravedad de lenguaje, con qué firmeza y constancia nuestro glorioso Predecesor Pío IX, de entrañable memoria, combatió, tanto en sus Alocuciones como en sus Encíclicas dirigidas a los obispos de todo el mundo, tanto los esfuerzos iniquidades de las sectas, como la peste del socialismo, que en su tiempo ya salía de sus guaridas".
Secta demoledora
"…los socialistas y demás sectas sediciosas que tanto tiempo trabajan para arrasar el Estado hasta sus cimientos".
"Secta abominable"
"Es necesario, … que trabajéis para que los hijos de la Iglesia Católica no se atrevan, bajo ningún pretexto, a unirse ni a afiliarse a la secta abominable (del socialismo), ni a favorecerla".
Enemigo de la sociedad y de la Religión
"…tenemos necesidad de corazones audaces y de fuerzas unidas, en una época en que la mies de dolores que se desenvuelve ante nuestros ojos es demasiado vasta, y en que se van acumulando sobre nuestras cabezas formidables peligros de perturbaciones ruinosas, en razón, principalmente, del poder creciente del socialismo. Esos socialistas se insinúan hábilmente en el corazón de la sociedad. En las tinieblas de sus reuniones secretas y a la luz del día, con la palabra y con la pluma, incitan las muchedumbres a la sedición; rechazada la disciplina de la religión, descuidan los deberes, exaltando solamente los derechos, y atraen a las multitudes de necesitados, de día en día más numerosos, que, por causa de las dificultades de la vida, son más fácilmente seducidos y arrastrados al error. Se trata al mismo tiempo de la sociedad y de la Religión. Todos los buenos ciudadanos deben tomar a pecho salvaguardar una y otra con honra".
Peligro para los bienes materiales, la moral y la Religión
"...era de Nuestro deber, advertir públicamente a los católicos sobre el grave error que se oculta bajo las teorías del socialismo y del gran peligro que de ahí resulta, no sólo para los bienes exteriores de la vida, sino también para la integridad de las costumbres y para la Religión".
"Planta siniestra"
… "la Iglesia del Dios vivo”, que es “columna y fundamento de la verdad (1 Tim. 3, 15), enseña aquellas doctrinas y preceptos con que se atiende de modo conveniente al bienestar y vida tranquila de la sociedad y se arranca de raíz la planta siniestra del socialismo".
"Mortal pestilencia"
Los comunistas, los socialistas y los nihilistas son una "mortal pestilencia que serpentea por las más íntimas entrañas de la sociedad humana y la conduce al peligro extremo de ruina".
Negación de las leyes humanas y divinas
Los socialistas, los comunistas y los nihilistas "nada dejan intacto o íntegro de lo que por las leyes humanas y divinas está sabiamente determinado para la seguridad y decoro de la vida".
El socialismo diverge diametralmente de la Religión Católica
"... aunque los socialistas, abusando del mismo Evangelio para engañar más fácilmente a los incautos, acostumbran a forzarlo adaptándolo a sus intenciones, con todo hay tan grande diferencia entre sus perversos dogmas y la purísima doctrina de Cristo, que no puede ser mayor. Porque, ‘qué participación puede haber de la justicia con la iniquidad, o qué consorcio de la luz con las tinieblas?’ (2 Cor. 6, 14)".
Finalmente, Ud., como católico, y conociendo ahora la voz de los Papas condenando el socialismo, ¿votaría a favor de un candidato socialista?
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