Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará

 




M

Novena al Niño Jesús de la Cruz del Pichincha

TERCER DÍA




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos...

Acto de Contrición para todos los días

¡Señor! Detesto todos mis pecados, y que me hacen indigno de recibirte en mi corazón; me pesa haberte ofendido, por ser Quien eres, ¡Oh! ¡Bondad infinita! Me propongo con tu gracia, no cometerlos más a partir de ahora, hacer penitencia por ellos y evitar toda situación de peligro de ofenderte. Amén.

Oración para todos los días

¡Oh! dulcísimo Redentor, que, para reconciliarnos con Dios, bajaste del Cielo, te hiciste hombre, viviste como nosotros, te entregaste por nosotros a la muerte y finalmente nos diste la felicidad eterna; te pedimos Señor y Dios nuestro, que eres pues el Camino para ir a Dios, la Verdad para ser conocida, y la vida para amarlo, nos concedas conseguir esa suprema finalidad de nuestra vida en la tierra, para gozarlo en la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Consideración para el tercer día

Contempla al Divino Niño de la Cruz, que es el Maestro de la Eterna Sabiduría, del amor y la humildad, asistiendo con dolor infinito, a la ingratitud de su pueblo por quien lloró sin consuelo, lágrimas infinitamente preciosas que ungieron los cuatro polos de esta nación, la cual hoy le retribuye con sacrilegios, blasfemias y pecados de los más atroces.

Pedido para el tercer día

Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria venerando cada una de las cinco llagas del Señor, en reparación por todos las comuniones sacrílegas.

V. Niño Jesús de la Cruz del Pichincha
R. Ruega por nosotros

V. Nuestra Señora del Buen Suceso
R. Ruega por nosotros

Alma de Cristo

Alma de Cristo santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh, buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.

Consideración final para el tercer día

El Ecuador y el mundo padecen de la casi extinción de la luz de la fe. Las costumbres estragadas, revuelto todo el orden moral. Y créase, esto, por la acción de sus propios hijos.

Si los arcángeles alguna vez esparcieron por doquier las tiernas lágrimas del Niño de la Cruz, transformando en luz la oscuridaden y en virtud el pecado, los satélites de satanás se esmeran cada vez más en arrancar del corazón del hombre, la divina influencia del Corazón del Niño Crucificado. 

¿Seguiremos inmóviles, impávidos, asistiendo indolentes a la completa destrucción de esta tierra, heredad de los Corazones de Jesús y de María?

Pensemos en renovarnos, siguiendo con vida inocente o con vida penitente, al Cordero sin mancha, para que cambie en bendiciones la sentencia de perdición.

V. Tened piedad de nosotros, Señor
R. Señor, tened piedad de nosotros.

V. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.
R. Amén.

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