Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará

 



M

Novena al Niño Jesús de la Cruz del Pichincha

SEXTO DÍA



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos...

Acto de Contrición para todos los días

¡Señor! Detesto todos mis pecados, y que me hacen indigno de recibirte en mi corazón; me pesa haberte ofendido, por ser Quien eres, ¡Oh! ¡Bondad infinita! Me propongo con tu gracia, no cometerlos más a partir de ahora, hacer penitencia por ellos y evitar toda situación de peligro de ofenderte. Amén.

Oración para todos los días

¡Oh! dulcísimo Redentor, que, para reconciliarnos con Dios, bajaste del Cielo, te hiciste hombre, viviste como nosotros, te entregaste por nosotros a la muerte y finalmente nos diste la felicidad eterna; te pedimos Señor y Dios nuestro, que eres pues el Camino para ir a Dios, la Verdad para ser conocida, y la vida para amarlo, nos concedas conseguir esa suprema finalidad de nuestra vida en la tierra, para gozarlo en la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Consideración para el sexto día

¡Oh! ¡Divino Niño! Que te compadeces con las almas vírgenes, y que dijiste: "Dejad que los niños vengan a Mí! Introdúcenos en tu Corazón Amoroso y concédenos practicar las virtudes que más te agradan. Aumenta nuestra pureza y caridad, y sobre todo nuestro amor a ti y a tu Madre Santísima, que es también nuestra, como prenda de predestinación y de fidelidad perpetua.

Pedido para el sexto día

Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria venerando cada una de las cinco llagas del Niño Jesús Crucificado, suplicando por intercesión de María Santísima por los agonizantes y las benditas almas del purgatorio.

V. Niño Jesús de la Cruz del Pichincha
R. Ruega por nosotros

V. Nuestra Señora del Buen Suceso
R. Ruega por nosotros

Alma de Cristo

Alma de Cristo santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh, buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.

Consideración final para el sexto día

“Si no os hiciereis como un niño, no entraréis en el Reino de los Cielos” (cfr. Mt 18,3)

Con esta Divina sentencia, quiso el Hijo de Dios Crucificado en su tierna edad, manifestar que es a través de una devoción incansable a su infancia y a su Cruz, que se logrará conservar o recuperar aquella inocencia infantil, junto a dones de naturaleza y de Gracia que embellecen el alma por siempre.

En una nación como esta, consagrada al Corazón de Jesús, con un vínculo tan profundo de pertenencia a Él, la devoción al Niño Jesús Crucificado, quien la consagró primero en la cima del Pichincha, será siempre, en todo peligro, la salvaguardia de las almas rectas. Si faltara esta devoción, desaparecerá el bello espíritu de la infancia espiritual en el que se complace el Padre Celestial.

V. Tened piedad de nosotros, Señor
R. Señor, tened piedad de nosotros.

V. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.
R. Amén.

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