Iniciativa Apostólica
El Inmaculado Corazón de María triunfará

 




M

Novena al Niño Jesús de la Cruz del Pichincha

SÉPTIMO DÍA



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos...

Acto de Contrición para todos los días

¡Señor! Detesto todos mis pecados, y que me hacen indigno de recibirte en mi corazón; me pesa haberte ofendido, por ser Quien eres, ¡Oh! ¡Bondad infinita! Me propongo con tu gracia, no cometerlos más a partir de ahora, hacer penitencia por ellos y evitar toda situación de peligro de ofenderte. Amén.

Oración para todos los días

¡Oh! dulcísimo Redentor, que, para reconciliarnos con Dios, bajaste del Cielo, te hiciste hombre, viviste como nosotros, te entregaste por nosotros a la muerte y finalmente nos diste la felicidad eterna; te pedimos Señor y Dios nuestro, que eres pues el Camino para ir a Dios, la Verdad para ser conocida, y la vida para amarlo, nos concedas conseguir esa suprema finalidad de nuestra vida en la tierra, para gozarlo en la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Consideración para el séptimo día

Aproximémonos del Niño Crucificado que, desde la más tierna edad, manifestó día a día los insondables tesoros de gracia y sabiduría.

Que cautive nuestra alma con los encantos propios de la más pura infancia, de la más amable adolescencia y de la más pura juventud, a fin de conservar intacta la belleza interior en medio del estruendo de un mundo cada vez más contrario a Él.

Pedido para el séptimo día

Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria venerando cada una de las cinco llagas del Niño Jesús Crucificado, pidiendo por la pureza de cuerpo y de alma.

V. Divino Niño Jesús de la Cruz del Pichincha

R. Ruega por nosotros

V. Nuestra Señora del Buen Suceso

R. Ruega por nosotros

Alma de Cristo

Alma de Cristo santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

Oh, buen Jesús, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos.

Amén.


Consideración final para el séptimo día

El Niño Jesús de la Cruz del Pichincha nos presenta la imagen conmovedora del inicio de su adolescencia, abrazando la Cruz en su amor por la humanidad, y como ejemplo para los jóvenes, fácil presa en nuestros días del aborto, de la práctica homosexual, de los peores vicios. 

Crucificado en la edad de la pubertad, el Divino Niño convida a los jóvenes y a todos, a seguir sus pasos, no sólo abrazando la Cruz y renunciando a los placeres, sino también, y muy especialmente en estos momentos cruciales para la Iglesia y para la religión católica, a luchar heroicamente contra la impiedad y la permisividad reinantes con una libertad asombrosa.

V. Tened piedad de nosotros, Señor

R. Señor, tened piedad de nosotros.

V. Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.

R. Amén.

0 Comentarios:

Publicar un comentario